Los europeos en paro superan a las mujeres, que hacen de ganapán

Metidos en las elecciones europeas, la semana pasada pasó desapercibido el dato de que en los 27 países de la Unión Europea los hombres sin trabajo superan —por primera vez— a las mujeres, aunque sea sólo por una décima. De acuerdo con los datos de abril de Eurostat, la oficina estadística comunitaria, el paro masculino aumentó en doce meses del 6,3% al 8,6%, mientras que el femenino ha pasado del 7,3% al 8,5%, lo que implica que el desempleo ya afecta más a los hombres que a las mujeres.

Ellas han demostrado que pueden.

Según los datos oficiales, en la Unión había en abril 20.825.000 de trabajadores sin empleo, de los que 14.579.000 estaban en los países del euro. Más conocido es el dato de que España y los tres países bálticos encabezan las tasas de paro, muy superiores a la media de sus socios. También encabezamos la lista del paro femenino, con un 18,4%, pero el desempleo entre los hombres ya es más alto en Lituania y Estonia. En España, es probable que los datos de los próximos meses vayan en idéntico sentido, porque "los sectores donde más empleo se ha destruido ha sido en los industriales —como la construcción en España, Irlanda o Reino Unido o el automóvil—, donde predominan los puestos de trabajo para hombres", explica el catedrático de Economía Aplicada Josep Oliver, responsable del informe de Caixa Catalunya sobre la economía española.

El profesor Oliver apunta que las mujeres, además, ocupan puestos de trabajo en sectores como los servicios, donde el efecto del paro ha sido menos radical y que cada día "las mujeres comienzan a tener niveles educativos más altos". José Antonio Herce, doctor en Economía y socio director de Analistas Financieros Internacionales (AFI) coincide con Oliver en líneas generales, pero también recuerda que la distancia entre parados hombres y mujeres se acorta por otro fenómenos ya conocido y estudiado en los países de la UE: las mujeres se convierten en el ganapán de los hogares cuando los maridos se quedan sin empleo.

"Sucede sobre todo entre las mujeres emigrantes, que se echan a la calle a buscar trabajo, y a menudo los consiguen. Son trabajos peor remunerados en la mayoría de los casos, pero logran llevar dinero a sus hogares", apunta Oliver. Herce no tiene claro que el fenómeno se extienda entre las nacionales —españolas, irlandesas, británicas o lituanas, por ejemplo, amas de casa que salen a buscar empleo—, pero "estoy seguro de que también las hay y pronto aparecerán en las estadísticas".

Más paro y voto extremo

Lo que no tienen claro estos dos economistas es si esa mayor tasa de paro entre los hombres ha ejercido algún tipo de influencia en la radicalización del voto en las elecciones europeas, proporcionando una parte de ese aumento de votantes en los partidos de extrema derecha y de euroescépticos. "Creo que el voto contra la emigración, contra ese emigrante que algunos europeos piensan que les viene a quitar el puesto de trabajo, sí que puede haber influido, pero no sé si el mayor paro de hombres frente a mujeres influye de alguna forma significativa", señala Herce . "Es muy pronto aún, aunque en algunas comunidades pequeñas, sectores concretos, como los industriales en ciudades medianas, quizá se hayan dado cuenta del fenómeno y algún hombre vote también contra un mayor empleo de la mujer frente a los hombres. Pero no creo que aún sea significativo. Ni sé si lo será", añade el doctor en Economía.

Más escéptico es el sociólogo, politólogo y experto en demoscopia Julián Santamaría. "Las mujeres encuentran trabajo porque aceptan empleos más baratos y temporales. Las elecciones europeas suelen tener menos participación porque nos resultan más lejanas. Los partidos de los extremos aumentan, porque los ciudadanos aprovechan para castigar a los Gobiernos nacionales. Saben que no se juegan el día a día y votan por la extrema derecha, los verdes o UPyD (Rosa Díez), como en el caso de España, pero en las generales eso suele cambiar".

"Sí que creo que en el voto de la extrema derecha influya, en algunos países, el voto contra los inmigrantes que, supuestamente, les quitan el trabajo. Pero que haya más hombres parados que mujeres no me parece relevante para estos últimos comicios europeos, no marca tendencia. ¿Cuántos de esos votantes han ido a votar sabiendo que había más hombres que mujeres sin trabajo? Otra cosa será en el futuro, puede que incluso alguno haya visto ese fenómeno en una comunidad reducida, pero aún no es un dato influyente", concluye Santamaría.