Merkel afirma que las europeas no eran un test, pero marcaron la tendencia para las generales

Berlín.-  La canciller alemana, Angela Merkel, expresó hoy su satisfacción por la victoria conservadora en las elecciones europeas que, aunque no deben tomarse como un test para las generales alemanas de septiembre, sí marcaron una tendencia favorable para sus filas.

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(EFE)

La canciller alemana Angela Merkel ejerce su derecho al voto en las elecciones al Parlamento Europeo en un colegio electoral de Berlín, Alemania, ayer,7 de junio.

"Los 110 días que quedan para las elecciones (generales) hay que trabajar en serio, pero podemos decir que tenemos una buena posición de partida", afirmó Merkel, presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU).

La CDU y sus aliados bávaros, la Unión Socialcristiana (CSU) defendieron este domingo su posición como primera fuerza en Alemania, al cosechar un 37,9 por ciento de los votos, frente al 44,5 por ciento de 2004.

Merkel quitó hierro a ese descenso e indicó que no podía esperarse igualar ese resultado de hace cinco años, que atribuyó en parte a una situación de gran descontento del electorado con el gobierno del entonces canciller Gerhard Schröder.

Los últimos resultados reforzaron a la CDU/CSU en sus expectativas para las generales del 27 de septiembre y supusieron un mazazo para su socio de gobierno, el Partido Socialdemócrata (SPD), que cayó a un nuevo récord histórico, con un 20,8 por ciento, frente al de por sí desastroso 21,5 por ciento de 2004.

El presidente del SPD, Franz Müntefering, quien ayer ya reconoció los resultados como "decepcionantes", compareció hoy de nuevo ante la prensa para admitir que, a escala europea, "ha quedado claro que la socialdemocracia tiene problemas para dar acentos nuevos a sus propuestas" ante la crisis financiera.

Müntefering se ratificó en que no se modificará la línea marcada para el programa electoral de las generales, que, tras ser aprobado por la cúpula del partido hace un mes, se someterá a las bases en un congreso el próximo domingo en Berlín.

El líder socialdemócrata ratificó asimismo su confianza y la de toda la cúpula al candidato a la Cancillería, el actual vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quien ayer tuvo que admitir su profunda decepción por los resultados.

Los pronósticos para las europeas apuntaban a una recuperación del SPD hasta el 25 por ciento, pero en lugar de eso tuvo que encajar la pérdida de unos decimales más.

Mientras Merkel optó por rehuir gestos de euforia y Müntefering trataba de sacar fuerzas de flaqueza, el auténtico vencedor moral de las europeas, el presidente del Partido Liberal (FDP), Guido Westerwelle, insistía en que los comicios de ayer marcan el fin de la gran coalición de gobierno de Berlín.

"Nosotros somos la fuerza que más aumentó y el mensaje del electorado quedó claro", dijo Westerwelle. El FDP saltó del 6,1 de 2004 al 11 por ciento, lo que apuntala los sondeos que le perfilan como nuevo socio de coalición de Merkel tras las generales.

La euforia se apoderó asimismo de los Verdes, tercera fuerza tras la CDU/CSU y el SPD con un 12,1 por ciento, frente al 11,9 por ciento de 2004.

Asimismo aumentó votos La Izquierda, formación aglutinante de poscomunistas y disidencia socialdemócrata, que subió del 6,1 al 7,5 por ciento.

Las tres formaciones minoritarias ascendieron, los grandes partidos bajaron puntos, más o menos dramáticamente, mientras que por lo menos en Alemania no se produjo un auge de la ultraderecha como en otros países europeos.

La Unión del Pueblo Alemán (DVU), que teóricamente sumaba los votos propios más los del Partido Nacional Democrático (NPD), se quedó en un pírrico 0,4 por ciento.

Los Republicanos, formación ultraconservadora menos radicalizada que las anteriores y ajena a los ambientes neonazis, obtuvo un 1,3 por ciento.

Ningún partido de la ultraderecha tiene representación en el Bundestag (cámara baja) y, según los sondeos, tampoco obtendrán escaños en las generales de septiembre.