De barrio 'gris fábrica' a rincón imprescindible lleno de color

BUENOS AIRES (ARGENTINA).-  En la zona sur de Buenos Aires, en el límite lindero con el Riachuelo, se encuentra una pequeña calle de tres cuadras imprescindible para los visitantes de la ciudad. En lo que antes fuera una extraña mezcla de barrio de quintas y familias destacadas con galpones y barracas, el arte brota hoy en el espacio público a lo largo de la calle Lanín, entre Brandsen y la Avenida Suárez.

Marino Santa María

La casa del artista en Laín.

Allí, en el barrio de Barracas, nació en 1949 el pintor Marino Santa María. Hijo de Marino Pérsico, un reconocido pintor y ceramista, respiró arte desde la cuna, y desde esa cuna a las calles de su barrio hubo un solo paso. Comenzó a pintar en el año 1998, y su primera obra fue la fachada de su propio taller y casa natal, en Lanín 33. Los vecinos quedaron conmocionados y comenzaron a acercarse y conversar con el pintor. Con su colaboración, el proyecto comenzó a expandirse por el resto de fachadas de la cuadra. El barrio, una zona de fábricas y galpones donde primaba el gris, se llenó de colores.

Si bien Santa María conservó su estilo, plagado de elementos formales de inspiración abstracta, la colaboración de los vecinos confirió un tinte comunitario a la obra. Participaron eligiendo colores, debatiendo y celebrando el proyecto artístico, que progresivamente también generó el interés de entidades públicas y empresas que lo apoyaron financieramente, otorgándole el impulso necesario para que en el año 2001 se inauguraran 34 fachadas, junto a una renovación de veredas, iluminación y adoquinado. La obra demandó dos años y el trabajo de alrededor 20 personas entre albañiles y pintores que lavaron, sellaron y pintaron con esmalte sintético. En 2005 —–cuando la central de diseño Casa Foa se organizó en el edificio Barracas Central—– dio comienzo al remplazo de las pinturas por mosaicos y azulejos trencadís, tarea realizada con la intención de dar durabilidad a la obra.

Marino Santa María

Más allá de las 34 fachadas intervenidas, Santa María expandió su concepto de arte público a las calles que bordean el ferrocarril y recorren los primeros tramos de Lanín. Junto al sonido de las vías situó las puertas de un museo a cielo abierto, un paredón ferroviario en el que la luz caía directamente sobre una serie de fotografías del artista Ricardo Blau llamada con mucha intención 'Huellas del aire', y que representaba distintas tomas de cielos y nubes.

Como menciona Adriana Lauria en el Especial del Centro Virtual de Arte Argentino: "Santa María las enmarcó como si fueran cuadros clásicos, con dispositivos modelados en poliéster de acabado dorado que imitaban marcos antiguos como los que pueden encontrarse en los museos. Se trataba de una sencilla manera de indicar el lugar que ocupa el arte recurriendo a la tradición, aunque la situación y estructura de la obra hablara un lenguaje contemporáneo. Las instantáneas se completaban con cuatro grandes espejos intercalados entre ellas y orientados de manera que reflejaran el cielo 'real' fluyendo cambiante."

En el 2008 Santa María volvió a utilizar este método e inauguró en la misma calle 'Museo', una muestra que planteaba repensar el espacio público por medio de la obra de 33 destacados artistas argentinos. La exposición recorría variados estilos modernos y daba cuenta de la subjetividad y gusto de Santa María, quien seleccionó y digitalizó las obras volviéndolas a enmarcar en cuadros antiguos con pvc dorado. El recorrido, como no podía ser de otra manera en la obra de un artista que se piensa a sí mismo y al arte en su conjunto, finalizaba con la fotografía de una instalación.

Para saber más:

• Página de Marino Santa María

• Web de Turismo de la ciudad de Buenos Aires

• Especial dedicado a Santa María en Centro Virtual de Arte Argentino