El Supremo revisará la absolución de Tatay en la venta de Pickman

Sevilla.-  El Tribunal Supremo revisará la absolución del empresario valenciano Enrique Tatay de un presunto delito de estafa en la venta de la empresa de cerámica Pickman La Cartuja de Sevilla, pues el comprador que lo denunció ha formalizado su recurso ante el alto tribunal.

La abogada del empresario valenciano, Dayana Fernández, que inicialmente informó de que ninguna de las partes había recurrido ante el Supremo, ha explicado a Efe que La Cartuja como empresa anunció que desistía del recurso, pero el empresario denunciante I.J.C. presentó el viernes pasado ante el Supremo su escrito, que hoy ha sido notificado a las partes.

Por ello, el Tribunal Supremo deberá debatir sobre la sentencia absolutoria de Tatay, ex presidente de la Asociación Valenciana de Jóvenes Empresarios en los años 90, que en el juicio celebrado en la Audiencia de Sevilla defendió su inocencia y aseguró que el negocio que vendió era "perfectamente viable".

Tatay se enfrentó a una petición de 43 años de cárcel por parte del empresario I.J.C. por supuesta estafa, delito societario y apropiación indebida en la venta, realizada en 1997, de las acciones de la empresa de cerámica sevillana.

La sentencia aseguró que sus cuentas eran "correctas" y que el comprador conocía la "situación casi agónica" de la compañía, pues I.J.C. mantuvo varios meses de negociación con Tatay y "acudió con cierta frecuencia, durante al menos mes y medio, a la sede de Pickman en Sevilla, haciéndose acompañar de los profesionales que estimó oportunos".

La compra fue firmada el 21 de mayo de 1997 y en los meses previos "no consta que Tatay ocultara deliberadamente datos trascendentales" de Pickman, que "ocultara partidas relevantes del pasivo o incrementara artificiosamente las del activo", dijeron entonces los jueces sevillanos.

También rechazaron que Tatay realizara movimientos tendentes a descapitalizar Pickman, ya que por aquel entonces era su único propietario, aunque reconoció que en ocasiones pudo llegar a confundir, "sin el oportuno reflejo contable, su patrimonio personal con el de la empresa", en especial para el pago de nóminas.

Sus cuentas "eran esencialmente correctas", dijeron los jueces, y además con la alteración contable imputada solo podría engañarse a sí mismo y, al ser el legítimo propietario, podía "hacer lo que estimase oportuno con sus bienes y dinero".

El tribunal entendió que el comprador conocía la situación "casi agónica" de Pickman y en las fases embrionarias de la negociación remitió a Tatay una carta en la que le advertía del riesgo de desembocar en una solicitud de quiebra.

Tatay compró Pickman procedente del Grupo Rumasa y, tras la posesión por parte de I.J.C., la empresa pasó al empresario asturiano Álvaro Ruiz de Alda y al sevillano Emilio Portes, su actual titular.