El Barcelona rozó la perfección, mientras que el Real Madrid entró en crisis

Madrid.-  El Barcelona de Pep Guardiola, que afrontaba su primera campaña como técnico de elite, rozó la perfección con la consecución del ansiado "triplete", además de ver como su "eterno rival", el Real Madrid, se vio turbado por una crisis de resultados y social, con cambio de presidente incluido.

Si hace apenas doce meses, era el Barcelona quien vivía un estado de convulsión, con el equipo por segunda temporada consecutiva sin títulos y con su presidente Joan Laporta teniendo que salvar su cargo ante una moción de censura, las cosas cambiaron de bando en la campaña recién terminada.

El Barcelona dio una lección de fútbol, consiguió con buen gusto por el balón todo lo que disputó, elevó a sus jugadores a la cima del mundo y descubrió en Guardiola a su nuevo líder, poniendo las excelentes individualidades de su plantilla al servicio del bloque. El premio le llegó con la conquista del campeonato español liguero, de la Copa del Rey y de la Liga de Campeones de Europa.

Y lo hizo al son de los récords: mayor número de puntos (87) en una liga de 38 jornadas, mayor número de goles (158) en una misma campaña, igualó el mayor número de triunfos ligueros como visitante (13), batió la plusmarca propia de partidos seguidos anotando en liga (35) y de goles (105).

Además, con el triunfo en la final europea de Roma, ante el Manchester United (2-0), logró por vez primera para el fútbol español el "triplete".

El "polo opuesto" fue el Real Madrid. Y eso que el año futbolístico le empezó de forma prometedora para el equipo entonces dirigido por el técnico alemán Bernd Schuster, que llegaba como campeón liguero por segunda campaña consecutiva (la primera bajo las órdenes del italiano Fabio Capello) y que, apelando a la épica en el partido de vuelta, hizo suya la Supercopa de España ante el Valencia y con nueve jugadores.

Pero también era el aviso de que sólo la épica iba a ser lo más destacado del Real Madrid en todo lo mucho que restaba de curso. El equipo deambulaba, sufría en Europa y se plantó en diciembre inmerso en dudas en lo deportivo; pero también el club en lo institucional, con las primeras denuncias sobre una gestión del presidente Ramón Calderón que ya olía a juzgados.

Se cambió a Schuster por Juande Ramos, que, tras debutar en liga con derrota en el Camp Nou ante el Barcelona, devolvió la ilusión al madridismo encadenando una impresionante serie de victorias consecutivas (17) que aseguró la segunda plaza y evitó que el conjunto azulgrana fuese ya campeón a falta de media temporada. Pero poco más.

Las miras madridistas estaban puestas en Europa y ahí fracasó nuevamente en los octavos de final, siendo arrollando por el Liverpool de Rafael Benítez y dejando la sensación de una plantilla mal confeccionada.

En medio, el club entró en una crisis profunda, en una serie de escándalos que trajeron la dimisión de Ramón Calderón, la entrada en los juzgados del ya ex presidente y de empleados del Real Madrid, y la convocatoria de una nuevas elecciones que han devuelto a Florentino Pérez al mandato.

En la próxima Liga de Campeones, además del Barcelona y el Real Madrid, también estarán el Sevilla y el Atlético de Madrid, si bien este último debe pasar por el filtro de la fase previa.

Los atléticos, también con cambio de entrenador en curso, fueron quienes más sufrieron. Fueron salvados por su "dúo mágico" atacante, formado por el argentino Kún Agüero y el uruguayo Diego Forlán, este con una impresionante producción de goles (32) que le ha llevado a ser máximo goleador liguero y europeo.

El acceso a la nueva Copa de la UEFA, denominada ya Liga Europa, lo lograron el Villarreal, Valencia y Athletic Club Bilbao, el último como subcampeón de la Copa del Rey y que maquilló con ello una temporada que le vio pulular muchas jornadas por la zona descenso.

Una pérdida de categoría que han vivido el Numancia, Recreativo Huelva y, en una última agónica jornada, el Real Betis, el décimo equipo en puntuación de la historia de la liga española.