La absurda censura del disco de los Manic en los supermercados

Cuatro grandes supermercados británicos tipo Carrefour se han negado a distribuir el nuevo disco de Manic Street Preachers debido a su portada. Sainsbury, Tesco, Asda y Morrisons creen que puede resultar ofensiva porque muestra a un niño supuestamente ensangrentado. Menos mal que no se ha elegido casi cualquier otra obra de la artista que la ha realizado, Jenny Saville.

La carátula de la discordia.

Esta semana se pone a la venta el esperado disco del grupo. Su carrera se divide claramente en dos etapas: la previa a la desaparición de su guitarrista y principal compositor, Richey Edwards, mejor considerada por la crítica con álbumes de punk como 'Generation Terrorists'; y la posterior a su desaparición, de mayor éxito comercial, sobre todo al principio, con álbumes como 'Everything Must Go' y 'This Is My Truth Tell Me Yours'.

El nuevo álbum, 'Journal For Plague Lovers', es el primero desde 1996 que incorpora letras escritas por Richey Edwards. Todo lo que cantan James Dean Bradfield y el bajista Nicky Wire en uno de los temas pertenece a un cuaderno encontrado con anotaciones suyas. Pero si con esto no hubiera bastado para ofrecer polémicos y controvertidos titulares a la prensa británica, la censura de la portada ha creado un buen revuelo en todos los medios.

El disco se vende en estos cuatro supermercados con una funda blanca suministrada por la misma discográfica. De otra manera no se habría consentido su distribución en estos grandes almacenes. En declaraciones a la BBC, James Dean Bradfield se mostraba indignado: "Puedes mostrar encantadoras y bonitas nalgas y pistolas en todas las partes del supermercado en portadas de revistas y discos, pero cuando muestras una obra de arte, la gente enloquece".

Jenny Saville, la autora del 'delito', es una pintora de 39 años de Cambridge bastante conocida. The Guardian, que la ha entrevistado varias veces, publicaba en un artículo en relación a la portada de los Manics, que ver sangre en la cara del niño es un "punto de vista subjetivo". Podrían ser perfectamente manchas sin más en lugar de cicatrices.

La explicación a este nivel de tontería al que puede llegar la censura, incluso en nuestros días, es sencilla: el resto del trabajo de Jenny Saville. Especializada en la figura femenina, que incluye varios autorretratos, Saville busca la arquitectura del cuerpo moderno, por lo que ha pintado varias veces a transexuales y travestis, así como a víctimas de liposucciones mal resueltas, deformaciones y enfermedades varias. Acabáramos.

Algunos pueden pensar que Manic Street Preachers buscaban la polémica fácil para (volver a) vender discos, pero parece bastante improbable que a alguien se le ocurriera que una portada como ésta podría encontrarse con problemas de distribución. El grupo, de hecho, no ha querido publicar ningún single de 'Journal For Plague Lovers', y ya había trabajado con Jenny Saville anteriormente, cuando uno de sus dibujos apareció en la portada de su tercer álbum, 'The Holy Bible'.

Este fue precisamente el último disco que grabaron con Richey Edwards, antes de que desapareciera, y la elección del dibujo parece un guiño claro. El álbum no sólo incluye letras escritas por él, sino que supone un regreso a su sonido más áspero y rockero. Canciones como 'Peeled Apples' y 'Me And Stephen Hawking' tienen la rabia de sus primeras composiciones, mientras que 'This Joke Sport Severed' casa mejor con su pasado arty que el, por otro lado excelente pero más comercial, dueto que grabaron junto a la cantante de Cardigans para su disco anterior.

Las letras tienen el inequívoco sello de Richey, con frases como "¿Qué es un Sex Pistol?", inquietudes religiosas y experiencias que vivió cuando estuvo ingresado por depresión en 1994 ('She Bathed Herself in a Bath of Bleach'). Hay quien entiende la última pista, 'William's Last Words', como una carta de suicidio, con frases como: "Déjame ir, Jesús", "estoy cansado, me gustaría dormir y despertarme feliz" o "sois los mejores amigos que he tenido, buenas noches y dormid bien". Recientemente, 13 años después de desaparecer junto a un río, le declararon oficialmente muerto. Gracias a este disco, el resto de los Manics no lo está, de momento, aunque cuesta imaginar cómo saldrán de ésta ahora que el cuaderno de anotaciones se les ha acabado.