La acreditación del trabajo doméstico "aportará dignidad" para buscar empleo

Madrid.-  El decreto que ha anunciado el Gobierno para acreditar la experiencia de las amas de casa en el cuidado de personas dependientes o de niños les "aportará dignidad" para solicitar los empleos que creará la nueva Ley de Dependencia, según la socióloga María Ángeles Durán.

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(EFE)

Varios hombres participan en la segunda edición del "Concurso de Plancha para Hombres" celebrado en Madrid en 2008. EFE/Archivo

La medida, anunciada recientemente por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, podría ayudar a muchas amas de casa a encontrar un puesto de trabajo, al reconocerles su experiencia mediante titulación o una acreditación profesional.

María Ángeles Durán, doctora en Ciencias Políticas e investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha explicado a Efe que la acreditación "anima a las personas a solicitar empleo por la tranquilidad que supone tener algo que mostrar, además del testimonio personal sobre el trabajo realizado durante tantos años".

En España hay muchas mujeres que no pudieron recibir una formación académica durante su juventud porque se les requirió en sus hogares, pero que ya no son imprescindibles en el ámbito doméstico o bien porque sus hijos han crecido o porque las personas mayores a las que atendían han sanado o fallecido.

"Hay un colectivo importante que quiere y necesita trabajar, y esta medida facilita que se reconozca públicamente su capacitación, se les complemente con una formación y se les facilite legalmente el modo de conseguir un puesto de trabajo", ha asegurado Durán en una entrevista.

Según los datos facilitados por esta socióloga -Premio Nacional de Investigación en 2002-, el trece por ciento de las amas de casa cuidan a diario a una persona enferma en su hogar y el tres por ciento cuida a una persona enferma de la familia en un hogar distinto.

En estos hogares no se notará la medida, "sólo va a tener una implicación fuerte" en el trabajo que va a desarrollarse fuera de los hogares, "realizado por trabajadores asalariados que se verán incentivados por el reconocimiento de su capacitación profesional", ha señalado Durán.

El reconocimiento de la capacitación aportará "seguridad y dignidad" a las amas de casa para solicitar un empleo en competencia con cualquier otra persona, algo que no hubiesen hecho en otras circunstancias, ha indicado la socióloga.

La Ley de Dependencia conllevará un trasvase de tareas del hogar al mercado de trabajo que sí requiere una acreditación de las habilidades, y las actividades que antes se realizaban en el propio hogar se convertirán en trabajo asalariado.

Además, con la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, el cuidado de los niños, mayores o enfermos que antes se realiza en el propio hogar ahora lo llevan a cabo servicios externos municipales o privados y personas asalariadas que trabajan en los hogares.

"Hasta ahora sólo el boca a boca permitía saber en quién se podía confiar y en quién no", pero este curso mínimo de adaptación es un filtro mínimo que facilitaría la contratación a nivel privado y las contrataciones que ya se están realizando en las administraciones públicas, ha apuntado Durán.

os municipios de España que ya cuentan con servicios de atención a dependientes han tenido que arbitrar criterios propios para seleccionar a los cuidadores en aquellos trabajos que no necesitan de una alta cualificación académica.

Esta certificación disminuirá las exigencias en el período de formación y proporcionará formación complementaria para homogeneizar y garantizar la capacitación de estas personas para ejercer como cuidadores fuera de sus hogares y por cuenta ajena.

María Ángeles Durán ha insistido en que "no se van a regalar los empleos" pero sí se facilitarán los procesos de contratación y se acortará el proceso de formación profesional, convalidando créditos por experiencia previa, "como se hace en cualquier disciplina".

Según la opinión de Durán, la medida será una acreditación intermedia entre aquellos trabajadores que no pueden mostrar ningún tipo de capacidad y los trabajadores universitarios altamente cualificados como los psicólogos o enfermeros.