Awop bob a loo mop alop bam boom

Nunca unas sílabas sin sentido han dicho tanto en la historia de la música popular. Uno de los gritos de guerra más famoso y con el que comenzaba 'Tutti frutti', el éxito de Little Richard.

El nombre de Little Richard está escrito con letras de oro en la historia del rock. En realidad él es la historia del rock. Aparte de por ser uno de los pocos clásicos que aún nos quedan vivos, ha influido en no sé cuántas generaciones de músicos y ha sido el responsable de que otros tantos se hayan dedicado a la música. Los Beatles le adoraban y en un momento dado le dio en los morros a la mismísima Yoko Ono por querer pasarse de lista en un concierto. En su grupo debutó un desconocido Maurice James que más tarde sería conocido como Jimmi Hendrix o los que posteriormente formarían el germen de Earth Wind & Fire. Bluesology era un grupo más del montón que tuvo la fortuna de ser contratado para abrir algunos conciertos de Little Richard y, tras verlo en acción, el pianista decidió que quería ser como él. ¿Su nombre artístico años después? Elton John. Y así muchos y muchos artistas que se han declarado deudores de la obra de Little Richard.

Homosexual confeso, nunca se ha sentido orgulloso de ello. Según le dé la ventolera hay temporadas que lo admite sin más y otras en que se flagela por ello. Sin ir más lejos, en su biografía oficial 'Oooh my soul', según el año de edición de ésta, cambia uno de los últimos capítulos donde se incluye la opinión que Little Richard tiene sobre la homosexualidad. Todo depende del grado de misticismo en el que esté en ese momento.

Con crisis de fe, la primera vez que abandonó todo para convertirse en Ministro de Dios fue en un accidentado viaje de avión donde creía que se estrellaban. Entre gritos, lamentos, ataques de histeria varios y despojo de anillos y joyas para regalárselas a los pasajeros, Little Richard decidió dedicar el resto de su vida a Dios, cosa que cumplió a medias.

Sus conciertos son todo menos aburridos. Caracterizado por llevar siempre los mejores músicos y dar todo de sí, era habitual verle encaramado al piano con sus capas forradas de espejos y ver cómo se iba arrancando la ropa, los zapatos y las joyas y tirándoselas al público. Teniendo en cuenta que la ropa se la hacían a medida y que acostumbraba a estrenar vestuario cada día de concierto (o dos si había sesión de tarde y noche), imaginen el presupuesto. Esto hacía que más de una vez el pobre sastre tuviese que coger un avión para llevar más vestuario porque se habían quedado sin ropa e ir cosiendo los espejitos a las capas en pleno vuelo. Mientras, Little Richard pedía camisas prestadas de seda a su mánager, el cual veía horrorizado cómo éstas también eran arrojadas al público. Gemelos de oro y brillantes incluidos.

En 1984 el periodista británico Charles White, conocido en los medios como Mr Rock, decidió escribir la vida del músico negro. Engañado tantas veces y cansado de que toda la vida hayan abusado de él, en un principio Little Richard no estaba muy por la labor, pero al final White se fue ganando su confianza. El manuscrito al principio fue rechazado por varias editoriales, que consideraban a Little Richard como un artista acabado, gran error, ya que cuando el libro consiguió publicarse tuvo gran éxito.

¡Y no es para menos! Por fin Little Richard iba a contar qué había de cierto en que toda su imagen y su carrera se había basado en copiar a Esquerita, lo cual es cierto en parte, ya que fue el propio Esquerita el que le enseñó muchos trucos para tocar el piano, pero también en el libro Little Richard reconoce de dónde copió el bigotillo, el gigantesco tupé o su característico grito de guerra.

Anécdotas como que 'Tutti Frutti' estuvo a punto de no grabarse nunca porque la letra original era muy obscena y al propio Richard (¡quién lo iba a decir!) le daba vergüenza cantarla o sus famosas orgías por las habitaciones de todo el país donde casi siempre tomaba el papel de espectador pasivo y gran masturbador.

Entrevistas a todos los que rodearon a Little Richard en su época dorada, incluida su novia Lee Angel. Estríper y la primera que se apuntaba a un bombardeo cuando había cama por medio —el número y el sexo de los participantes era lo de menos—. Como confiesa en el libro la propia Angel, "creo que siempre fui la mujer que a Richard le hubiera gustado ser".

Los encuentros de Little Richard con el enorme sexo de un negro que le hizo sentir lo que sufre una mujer cuando da a luz o sus comidas de coco sobre la homosexualidad, la pederastia, sobre si el homosexual nace o se hace… En fin, auténticas alucinaciones y tratados del absurdo que harían feliz a Aquilino Polaino.

Sus desencuentros con la industria musical que siempre le vetó por extravagante y negro y vio cómo los blancos le robaban su estilo y sus canciones y se hacían millonarios mientras él seguía sin poder aparecer en televisión. Contratos leoninos y mucha, mucha música es lo que tiene esta biografía que ahora llega actualizada y traducida al castellano con el título 'La explosiva historia de Little Richard'.

Actualizada al pasado año, con datos nuevos y una entrevista al propio autor del libro, 'La explosiva historia de Little Richard' se puede considerar una gran obra de consulta sobre la vida y trabajo del cantante, ya que incluye un completísimo listado de discos con todo tipo de datos técnicos (los completistas que se olviden, es imposible comprarlo todo) y una más sencilla de material editado en compact disc. En el extranjero, claro.