¿Yo? Sólo comida local, gracias

BOSTON (EEUU).-  La primavera en Boston es, fundamentalmente, un bálsamo de sol y actividades a cielo abierto con el que reconfortar el espíritu tras el rigoroso invierno de Nueva Inglaterra. Para algunas personas, el ansiado cambio de estación supone, además, la ocasión propicia para reafirmarse en una de las prácticas más en auge entre los ecologistas (y afines) estadounidenses. El 'localivorismo'.

Julia Manzerova (Flickr)

¿Verduras de verdad? En el 'farmer market'.

Esta tendencia —con notable arraigo en los alrededores de la capital de Massachusetts— preconiza el consumo de carne, frutas y verduras producidas en un entorno lo más local posible. Sus seguidores tienen dos opciones: la más socorrida es acudir a uno de los pequeños 'farmers market' o mercados de agricultores que, con renovada vitalidad, se multiplican tras la llegada del buen tiempo por los barrios y suburbios de la ciudad de los Celtics: Cambridge, Lexington, Arlington, Brookline… Pero la más comprometida es, sin duda, hacerse miembro de alguno de los numerosos programas de 'agricultura sostenida por la comunidad' (community-supported agriculture, o CSA, en sus siglas en inglés) que se publicitan vistosamente en restoranes orgánicos, librerías independientes y demás los negocios 'ecoamigables' bostonianos.

Tras varios meses donde las nieves y el frío hacen inviable cualquier cultivo que no sea de invernadero, las pequeñas granjas de la región retoman los trabajos de siembra. La mayoría de ellas lo hacen amparadas bajo el modelo del CSA, una especie de club de compradores donde los integrantes hacen un aporte monetario fijo al mes (entre 40 y 60 euros) que luego se les retribuye en especies con el envío semanal de una cesta de productos frescos.

De acuerdo con los datos de LocalHaverst, un directorio que contabiliza en Estados Unidos los emprendimientos de este tipo, en Massachussets existe más de un centenar de CSA (por unos 2.700 en todo el territorio nacional). Además de surtir de artículos de temporada a sus socios, las granjas cumplen una misión de pedagogía activista, al predicar las bondades de los alimentos no industriales y promover la rehabilitación del comercio minorista local frente a la cultura del centro comercial.

natalie maynor (Flickr)

Bajo el esquema de los CSA, los agricultores trabajan con la despreocupación de saber que la venta sus cosechas no dependerá de los imponderables del mercado o de las condiciones abusivas que les impongan los distribuidores. A cambio, las familias, que en ocasiones adquieren el derecho a faenar ellas mismas la tierra, reciben alimentos con el sello de ecológicos y la recompensa de ayudar al fortalecimiento de las economías locales.

Los 'localívoros' de Boston con iPhone lo tienen más fácil en la temporada que recién comienza. Por ejemplo, Buster McLeod, un programador de Seattle, acaba de lanzar una aplicación llamada Locavore que permite averiguar con pleno acierto cuáles son los vegetales que están siendo producidos en cada momento de la temporada en un área geográfica concreta. Tecnología aliada con un estilo de vida verde, reivindicativo, sano... y gourmet.