Stanley, un mercado pequeño pero intenso

HONG KONG (CHINA).-  Hoy nos vamos de excursión a Stanley, villa que da nombre a toda una península en la parte sur de la isla de Hong Kong. Stanley es conocida por los habitantes locales fundamentalmente por su condición de 'ghetto' para occidentales, y por ser la localización de las Dragon Boat Races más conocidas del territorio.

GluehweinEffects (Flickr)

¿Unas camisetas XXXXL?

La forma más fácil de llegar a Stanley es en autobús. Los números 6, 6A, 6X y 260, que parten del intercambiador de Exchange Square en Central y que tardan unos 45 minutos en realizar el recorrido, circulan por una carretera que pone los pelos de punta, pero que permite disfrutar, si el día está claro, de unas vistas espectaculares de la parte sur de la isla. La última parada de todas estas líneas está justo al lado del mercado.

Sin embargo, es recomendable vencer la tentación de lanzarse directamente al mercado, y subir unos metros hacia la izquierda para ver uno de los pocos 'monumentos' de la época colonial, la Antigua Comisaría de Stanley (Old Stanley Police Station), construída en 1859, y que es la Comisaría más antigua que se conserva. Eso sí, hoy en día el edificio original alberga un supermercado en su interior.

Una vez satisfechas las necesidades históricas, es el momento de lanzarse al mercado. Ropa para perros, fotografías del Hong Kong de principios del siglo XX, camisetas con la efigie de Bruce Lee o con carteles de algunas de las más bizarras películas del crossover blaxpoitation-artes marciales de los 70, barajas de cartas con motivos del realismo socialista chino, vestidos tradicionales de todas las tallas y colores, camisetas de talla XXXXXL, cámaras de fotos, farolillos, cajas nacaradas, efigies de Mao impresas sobre cualquier cosa imaginable... El mercado es pequeño, pero intenso.

Si consigues sobrevivir al empacho visual del mercado, es el momento de disfrutar de un breve paseo por su 'waterfront', recién remodelado, en el que se suelen ver tanto a chinos entrados en años volando cometas, como a post-adolescentes occidentales dándole al skateboarding. Los puestos del paseo marítimo sirven lo que aquí se consideran 'típicos' snacks occidentales, básicamente hamburguesas, perritos calientes y muchas muchas patatas fritas, pero merece la pena vencer la tentación y seguir andando unos metros más. Merece la pena, porque donde termina el waterfront comienzan las terrazas.

C.T

Descansando en el waterfront con Murray House al fondo.

La oferta de estilos culinarios es variada, aunque lo que triunfa es, sin duda, la hamburguesa en todas sus variedades. Mi recomendación, sobre todo por su precios más contenidos, es un local muy pequeño, de nombre variable, que actualmente es 'The Bucaneers', pero que es lo más parecido a un bar hooligan trasladado a oriente. Los que prefieran seguir probando las delicias de la cocina local, pueden encontrar un local muy pequeño justo al final del paseo, en el que se puede come por unos 25 HKD.

En cualquier caso, recomendamos ferviertemente sentarse tranquilamente, disfrutar del sol, de la tranquilidad, de lo más parecido a una terraza que se puede encontrar por aquí y observar la galería de personas y personajes que pasarán delante de nuestros ojos.

Al final del paseo, por cierto, se encuentra un enorme edificio de estilo colonial, llamado Murray House, que en su origen estaba en Central, pero que fue desmantelado y trasladado a Stanley, donde se reconstruyó la fachada en 1998. Actualmente alberga varios restaurantes (incluido uno español) y el Museo Marítimo de Hong Kong.

Una vez recuperadas las fuerzas, se puede visitar la playa principal (Stanley Main Beach), donde uno puede asombrarse de lo sucia que está el agua o de cómo las pintorescas locales se bañan vestidas (para no ponerse morenas). Eso sí, quien quiera desafiar la suciedad del agua y bañarse, que tenga en cuenta que la playa está acotada por una razón: los tiburones. Nunca debe uno bañarse al amanecer ni al atardecer, ni cuando no hay socorristas. Y desde luego, nunca por fuera del área delimitado por la red de protección.

A la hora de volver a Central, y si el tiempo lo permite, se puede hacer una parada en Repulse Bay, donde se encuentran la mayor y mejor playa de todo el territorio y también algunos de los pisos más caros. Y uno de los templos dedicados a Tin Hau (la diosa del mar) más famosos de Hong Kong. Que, si se quiere, también puede encontrarse tiempo para la contemplación.

Consejos

• Las Dragon Boat Races son a últimos de mayo o primeros de junio (en 2009 serán el día 28 de mayo). Es un espectáculo memorable, pero hay que estar en Stanley como muy tarde a las siete de la mañana. A partir de ese momento, la Policía puede decidir cerrar el pueblo en cuanto considere que hay demasiada gente.

• Las playas de Stanley también son conocidas y apreciadas por sus zonas para barbacoas. En todos los supermercados puede comprarse una bolsa de carbón y algo para cocinar con él, así que si lo tuyo no son los bares, sino el "háztelo tú mismo" tal vez te interese esta opción.

• Si el viaje en autobús de dos pisos pone los pelos de punta, hacerlo en minibús es toda una experiencia. Al lado del bus terminus hay varias paradas, con minibuses a Chai Wan, Causeway Bay, Aberdeen y Admiralty.