Excelente encierro de Moreno Silva y vuelta al ruedo para José Carlos Venegas

Antonio Carrasco Madrid.-  Antonio Carrasco

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(EFE)

El novillero José Carlos Venegas, hoy en la plaza de Las Ventas.

Madrid, 30 abr (EFE).- El excelente juego de los novillos de José Joaquín Moreno de Silva, cuyo mayoral saludó tras el arrastres del último, fue la nota destacada del primer festejo de la feria de la Comunidad de Madrid, celebrado hoy en la plaza de Las Ventas, en el que el novillero José Carlos Venegas dio una solitaria vuelta al ruedo.

FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de José Joaquín Moreno de Silva, muy bien presentados, encastados y con "transmisión", de buen juego en conjunto. Los mejores, segundo, y, sobre todo, el sexto, muy bravo en el caballo, hasta cuatro veces tomó el peto arrancándose de largo, y con buen son en el último tercio. Fue ovacionado en el arrastre y se le pidió la vuelta al ruedo, que el presidente denegó.

Julián Simón: media estocada (palmas); y dos pinchazos y media estocada (silencio tras un aviso).

Nuno Casquinha: pinchazo hondo y descabello (silencio); y estocada baja y dos descabellos (silencio).

José Carlos Venegas: pinchazo y estocada (vuelta al ruedo por su cuenta); y estocada y descabello (silencio tras un aviso).

En cuadrillas, destacó el picador Antonio Galván, "El Bala hijo" tras su actuación en el sexto novillo.

La plaza tuvo un cuarto de entrada en tarde nublada, fría y con ligero viento.

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NOVILLOS DE LUJO

Dice un chascarrillo que cuando hay toros no hay toreros, y viceversa. Esta vez se cumplió la primera parte del mismo.

Porque es de justicia resaltar el comportamiento de "los morenosilva", que ofrecieron un interesante espectáculo, en contraposición de las faenas que llevaron a cabo los tres novilleros, que salvaron la papeleta con más pena que gloria. Ninguno fue capaz de cortar trofeos, cuando la novillada era propicia para un triunfo grande.

Simón se vio desbordado por el primero, un bonito ejemplar que repitió sus embestidas con nobleza por los dos pitones. El novillero estuvo animoso, puso voluntad, pero ahí quedó todo.

Con el cuarto, más de lo mismo. Mucha voluntad y poco acierto. Simón no llegó a acoplarse en ningún momento a pesar de llevar a cabo una faena larga y de escaso contenido.

Casquinha realizó un trasteo entonado frente al segundo novillo, sin fuerzas en la muleta. El portugués dejó detalles de calidad, aunque a su labor le faltó continuidad y mayor redondez.

El quinto tomaba bien los engaños, pero salía distraído de las telas. Casquinha prodigó muletazos sueltos en los que compuso bien la figura aún sin mucho ajuste. Su labor, meritoria, no tuvo buena rúbrica con la espada.

Venegas mostró buenos detalles al torear con el capote al tercer novillo. Pero con la muleta no llegó a acoplarse. Solo unos cuantos muletazos con la mano izquierda tuvieron interés. La faena fue tan larga como anodina.

El sexto, un novillo de bandera, destacó en la suerte de varas, arrancándose tres veces, la última desde el mismo centro del ruedo. En la muleta acusó el castigo y le faltó fuerzas para desplazarse, pero aun así tomó los engaños con clase y nobleza mientras aguantó. El de Jaén, por su parte, no pudo o no supo aprovechar las escasas embestidas.