El equipo amarillo no aguantó el pulso al Tenerife y ve otra vez los fantasmas del descenso

Las Palmas de Gran Canaria.-  La Unión Deportiva Las Palmas no le aguantó el pulso al Club Deportivo Tenerife, acabó perdiendo y contempla otra vez más cerca el fantasma del descenso a la Segunda división B.

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(EFE)

Un agente del Cuerpo Nacional de Policía trata de controlar ayer a varios aficionados de la UD Las Palmas, previo al partido correspondiente a la 34º jornada de liga de Segunda División.

Los futbolistas del equipo amarillo equilibraron e, incluso superaron, en muchas facetas del juego a sus adversarios, fundamentalmente, en la primera parte de un partido jugado en el Heliodoro Rodríguez López -por cierto, influyó bien poco, entonces, el ánimo que les venía a éstos desde las atestadas gradas-, pero no apuntillaron en la suerte del gol y lo pagaron caro.

Otra cosa bien distinta fue la segunda mitad -ahí no hay nada que objetar al quehacer de los locales-. No fue suficiente la tímida reacción de la Unión Deportiva al tanto inaugural para neutralizar la avalancha que organizó el conjunto blanquiazul, que por algo está en todo lo alto de la clasificación.

Tardó en llegar el 2-0, pero Nino le dobló la cintura a David García tras un contragolpe -no aguantó Las Palmas ese "arreón", que diría su técnico Javier Vidales en las previas- y ya no hubo remedio de cara a variar el signo del encuentro.

La expedición del club grancanario y su afición se vinieron para la isla de donde son originarios con la cabeza debajo del ala, porque, entre otras cosas, la hegemonía del fútbol canario la ostenta, de momento, un Tenerife metido de pleno en dinámica de ascenso.

Ahora corresponde a los amarillos tocar a rebato para continuar firmes en la pugna por eludir el descenso -¡ojo!, sus compañeros en esa lucha, el Alavés, ganó, y el Córdoba, empató-.