Aprovecha y replantéate tu vida

Ser una de las 802.000 personas que este año 2009 han entrado en las listas del Inem no tiene porque ser un drama. Aunque la situación no es plato de buen gusto, los expertos en psicología recomiendan verla como una oportunidad. "El desempleo nos obliga a hacer un parón en medio de la vorágine en la que vivimos y muchas veces nos ofrece la posibilidad de plantearnos que nuestro trabajo no tiene nada que ver con el que habíamos soñado", asegura el psicólogo Iñaki Piñuel. Y es que, sin quererlo, el paro se convierte para sus ‘víctimas’ en el momento ideal para dar un giro en su vida. ¿Por qué no aprovecharlo?

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Rebobina en el tiempo y vete al año 2007, cuando no había crisis ni trazas de que la fuese a haber. ¿Cuántos de tus allegados estaban estresados en la oficina? ¿A cuántos les oíste decir alguna vez que hacían más horas que el 'tato'? ¿Y que no le gustaba su trabajo? ¿O que esto no era lo que habían pensado en hacer con su vida? Seguro que a más de uno y de dos. Iñaki Piñuel describe a los trabajadores actuales como gente "muy estresada, en ocasiones rayando la adicción al trabajo y muchas veces sin sentirse realizados profesionalmente". De hecho, según la encuesta de satisfacción laboral de catenon, el año pasado, ocho de cada 100 personas aseguraba estar "poco a nada satisfecho con su trabajo". Mientras, un 72% estaría dispuesto a renunciar a dinero por mejorar su calidad de vida.

Sin embargo, Piñuel asegura que por muy hartos que estemos, "la mayoría de las personas no tiene el valor de dejar su trabajo". Y cuando la crisis lo hace por ellas, lo mejor es aprovecharlo: "Éste es el momento ideal de plantarse las cosas a nivel personal y laboral". Y ya que encontrar trabajo va a ser una tarea complicada, por lo menos intentar hacer lo que a uno le gusta. Es la ocasión de reinventarse profesionalmente y colgar los tan aburridos trajes para echarse la cámara de fotos al hombro o afiliarte a una ONG y ayudar a cambiar el mundo.

Abrir el abanico

Algo así fue lo que hicieron algunos de los 6.000 empleados de MG Rover cuando en 2005 cerraron la planta de Birmingham donde trabajaban. El paro se convirtió en la segunda oportunidad para la mayoría. Unos se dedicaron a estudiar y otros buscaron un nuevo empleo lejos de la fábrica y nada que ver con ella. Por ejemplo, el encargado de pintar los coches Paul Carter se decantó por ser cuidador de perros. Con una única cosa clara: nunca más trabajaría en una fábrica en su vida.

La cuestión es rehacer nuestra escala de valores, "siempre y cuando la situación económica de cada uno se lo permita", matiza la psicóloga clínica Elena Borges. "Hay que replantearse las prioridades y plantearse que la vida puede ir por otros senderos, rebajar los niveles de estrés y relacionarse mejor con el entorno", continúa.Según ella el paro ofrece la oportunidad de dedicar más tiempo a la familia, a los amigos y a ellos mismos.

Y es que el abanico de posibilidades es muy grande, "sólo es cuestión de abrirlo", dice Elena Borges. Para ella, una buena opción para afrontar esta situación y "una buena manera es emprender un negocio". ¿Cómo? Capitalizando el paro. Pero hay más opciones a barajar. , donde se vive mucho más tranquilo, o viajar, algo para lo que antes no teníamos tiempo. Nueva York es una buena alternativa. ¿Y por qué no regresar a la Universidad? "La cuestión es no caer en el victimismo y en el pensamiento tóxico", concluye Piñuel.