Trucos para que no te despidan

Manolo llega a la oficina a las 9:00 de la mañana, puntual y acojonado. En los últimos meses el goteo de despidos en su empresa ha sido constante. De 9:00 a 10:00, la hora negra, toca jugar a la ruleta rusa y él nunca ha sido muy valiente. Es la hora a la que alguien es convocado al despacho del jefe. Y del despacho, a la calle.

Manolo está muy preocupado.

¿Qué puede hacer Manolo para no ser uno de los 'elegidos'? Hasta ahora ha empleado la táctica de hacerse invisible encarnando el prototipo de empleado remolón que no se hace notar y pasa desapercibido para que nadie se acuerde él cuando haya que buscar un candidato que largar.

En los últimos tiempos ha cambiado de estrategia y ha puesto en marcha un plan basado en tres medidas de urgencia: echar una horilla más todos los días, no abrir nunca el Facebook en la oficina y ejercitar las artes del peloteo con su jefe, pero la competencia es dura. ¿Qué más puede hacer para salvarse?

Hablamos con el abogado laboralista Manuel Valentín-Gamazo sobre derechos y triquiñuelas para sortear el despido. Pero avisa: "se puede despedir a todo el mundo, nada te blinda al mil por mil" y "por supuesto, el trabajador podrá ser despedido por un incumplimiento grave que pueda demostrarse", en este caso, sería despido procedente.

Hemos elaborado una lista de trucos para Manolo que quizá también te sirva a ti:

1.- Solicita la reducción de jornada por guarda legal

Dice la ley que se considerará nulo el despido a un trabajador que disfrute o haya solicitado una reducción de jornada para cuidar de hijos menores de 8 años o un familiar que no pueda valerse por sí mismo. Basta con que la reducción sea de 1/8, es decir, que el trabajador pase de currar ocho a siete horas al día, por ejemplo.

Según Manuel Valentín, se trata de "una corruptela de moda" porque, sobre todo en trabajadores con buen sueldo, merece la pena la rebaja en la nómina a cambio de la seguridad que se obtiene.

Además, en caso de disfrutar la reducción por el cuidado de hijos, la situación puede prolongarse hasta ocho años.

Manolo vive con su madre, pero ella se las apaña muy bien solita, de hecho, más bien es Manolo el que que está al cuidado de su señora madre, así que tachará esta opción de su lista.

2.- Embarázate

Si Manolo fuera Manola le interesaría saber que el artículo 55.5 del Estatuto de los Trabajadores dice que el despido de una mujer embarazada, desde que se queda en estado hasta que finaliza su permiso por maternidad, es nulo, y además, la trabajadora no tiene la obligación de haber informado previamente de su estado a la empresa.

3.- Preséntate al comité de empresa o a técnico de prevención

A Manolo no le ha gustado nunca meterse en los líos sindicales, pero ahora se lo está pensando porque sabe que desde el momento en que un trabajador se convierte en miembro del comité o en delegado sindical goza de una serie de garantías, entre ellas, que en caso de despido, si este fuera declarado improcedente, será el trabajador y no la empresa el que elija entre coger la indemnización o ser readmitido.

Te cubre las espaldas también el simple hecho de hacer pública tu intención de presentarte a las elecciones sindicales siempre que puedas demostrar que la empresa conocía tus planes cuando te despidió.

Los técnicos de prevención de riesgos laborales disfrutan de garantías similares a las de los sindicalistas, según nos explica Manuel Valentín-Gamazo, pero a Manolo no le da tiempo a reaccionar para cambiar sus números por las normas para llevar el casco bien puesto.

4.- Quéjate (y que quede constancia)

Se considerará nulo el despido que sea una represalia por ejercer un derecho constitucional, dice la ley. Es decir que si Manolo interpone una demanda judicial denunciando un defecto de prevención de riesgos laborales, reclamando algún día libre que le han sisado o reivindicando que gana menos que su compañero, Manolo ganaría bastantes garantías de indemnidad porque el despido podría interpretarse como una represalia hacia Manolo por ejercer su legítimo derecho.

Valentín-Gamazo apunta que esta práctica se ha puesto de moda entre los trabajadores y señala que ni siquiera es necesario interponer la demanda judicial, vale con poner una reclamación interna en la empresa que deje constancia (por carta o por e-mail, por ejemplo).

Ojo, pillarte una baja no te sirve de nada

Manolo, que está desesperado, estuvo a punto de cometer una locura: lesionarse un dedo para pedir la baja y que no le echaran. El infeliz de Manolo es de esos que creen que estar de baja impide que te larguen, pero no. Estar de baja no conlleva la nulidad del despido. Es cierto que la legislación anterior lo establecía así, pero las cosas han cambiado.

Manolo no reza porque se le ha olvidado, pero mientras estudia las opciones, saca un café de la máquina, con sus diez dedos enteros, para invitar al jefe. Por si acaso.