¿Es el Sónar un festival sólo para entendidos?

El Sónar celebrará una nueva edición los próximos 18, 19 y 20 de junio. Consolidado hace muchos años como uno de los festivales de música electrónica más importantes del mundo, puede permitirse lanzar vídeos promocionales tan confusos como éste. ¿Sólo entienden su significado las mentes privilegiadas? ¿Si lo hemos entendido somos más guays? ¿Tenemos que fingir que lo hemos entendido?

Las protagonistas del vídeo son unas 'majorettes' surrealistas venidas del mundo de los sueños. Pero no lo decimos nosotros. Lo dice la nota de prensa oficial. Estas 'majorettes' reciben "una llamada de una cabina diabólica" que les hace llegar al "mundo de los vivos", donde se sienten desorientadas.

No sabemos si los que viven en el mundo de los sueños y se encuentran desorientados en el mundo de los vivos son los artistas que acuden al festival, el público o la gente que no va, pero la aparente inspiración escatológica de algunas de las 'majorettes' tampoco da una pista definitiva.

El corto ha sido dirigido por Sergio Caballero, uno de los tres fundadores del Sónar. En una entrevista concedida el año pasado a El Periódico de Catalunya, no parecía en absoluto preocupado por dar al festival una imagen de raro o alternativo. Le fastidia incluso este asunto. "En cuanto un grupo empieza a ser popular, salen fundamentalistas que dicen: "no, esto ya no mola", porque todo el mundo los conoce. Y en Barcelona hay mucho público de este tipo, y es ridículo, patético". Su compañero Enric Palau, en la misma entrevista, daba un buen titular a la publicación: "El Sónar es una cosa rara abierta a todo el mundo".

Al margen del valor estético que podamos dar a la imagen del Sónar, el sentido del humor y la ironía ha ido siempre de la mano de sus campañas, realizadas con el ojo supervisor de Sergio. Cada año la imagen ha seguido un concepto muy diferente, a menudo bromeando con algún elemento de moda, hypeado o con el mismo significado del festival.

Huyendo de su imagen moderna, los padres de los fundadores del Sónar posaron en 1997 para su campaña. En su décimo aniversario, riéndose de las críticas que calificaban algunas propuestas del festival como un timo, utilizaron la imagen de varios estafadores, como el Dioni. El tuning y los acids también se usaron como emblema, mientras que en 2002 ironizaron con su alcance mainstream utilizando a alguien tan famoso como Maradona. Aunque probablemente ninguna campaña haya sido tan exitosa como la de la Pajarraca en 2008.

La idea era la creación de un nuevo tipo de animales domésticos en un laboratorio hipotético en China. De ahí salió La Pajarraca, que terminó presentándose a Eurovisión con una 'canción' y protagonizando un cameo en la final del programa en compañía de Raffaella Carrá. Decía que se había escapado del Sónar porque estaba harta de tanto "bombo" y que lo que a ella le gustaba de verdad era la canción ligera.

Sin embargo, el festival está muy lejos de estar pensado para las minorías y no tan lejos a veces de la canción ligera. Incluso este año incorpora una miniedición infantil con actuaciones especiales de La Mala Rodríguez o Miqui Puig. Además, alrededor de 20.000 personas acuden cada jornada a sus actividades. Conciertos, sesiones, exposiciones y conciertos, entre los que cabe música experimental, vanguardista, clásica, jazz o últimamente grupos de pop y hip-hop con un papel decisivo en la historia de la música avanzada, conforman su propuesta. Animal Collective, Grace Jones, Orbital, Crystal Castles, Micachu & The Shapes o Fever Ray son algunos de los artistas que pasarán por el festival este año. Un cartel que se sostiene por sí mismo, pero a cuya imagen el trabajo de Sergio Caballero aporta el necesario doble filo de la modernidad.

Sergio además es músico, ha trabajado para La Fura dels Baus y estuvo en varias bandas desde su adolescencia (Jumo, Los Rinos), aunque su afición más pintoresca es la producción de vinos, a la que se dedica junto a su socio, el enólogo Francesc Grimalt. Para la imagen de 4 kilos y 12volts, Sergi no dudó en diseñar algo más actual que no implicara ninguna asociación mental con "señores serios fumándose puros", como el vino tradicional. Y es que mientras muchos creen que el Sónar está lleno de modernos, su organización sabe también que algunas cosas mejoran mucho después de guardarse en barrica.