Los jugadores estadounidenses admiten la humillación ante Puerto Rico

Miami (EEUU).-  No se dan los mejores ánimos dentro del equipo estadounidense que participa en el Clásico Mundial de béisbol después de perder la pasada noche por 11-1 frente a Puerto Rico en el comienzo de la segunda ronda del torneo.

Todos son conscientes que la derrota en si ya fue difícil de asimilar, pero si encima se dio en sólo siete entradas al aplicarse la regla del nócaut cuando hay una diferencia de 10 o más carreras, no hay excusas para definirla como una "humillación".

Aunque el campo corto estelar de los Yanquis de Nueva York, Derek Jeter, dijo que no importaba la diferencia de entradas en el marcador, lo "decepcionante" había sido la derrota.

"Seguro, no hay ninguna excusa que no hicimos bien las cosas la pasada noche, que fue decepcionante la derrota, pero no se trata tanto de la diferencia de 10 entradas sino de la derrota", declaró Jeter. "Para mi lo único que cuenta fue que se perdió y que hay que pasar página porque se trata de una serie de doble eliminación".

Los peloteros estadounidenses también son conscientes que una salida prematura del torneo por segunda vez consecutiva no sería lo mejor para la imagen de su país, inventor del deporte, que además es considerado pasatiempo nacional.

"Dentro del equipo hay demasiada calidad como para que nos vayamos pronto a casa", declaró Brian McCann, receptor de los Bravos de Atlanta, que salió de titular frente a Puerto Rico y fue el único que pudo superar al pitcheo boricua con dos imparables y responsable de producir la única carrera que consiguió su equipo.

McCann dijo que estaba convencido que iban a demostrar frente a Holanda todo lo bueno que había dentro de los jugadores y recuperar de nuevo la confianza de seguir en el torneo.

También se expresó en la misma línea, el veterano toletero Adam Dunn, el jugador que aprovechó el bateo productivo de McCann al conseguir la anotación de Estados Unidos.

"Es realmente embarazoso y no hay otra palabra para definir lo que sucedió la pasada noche", comentó Dunn. "Ahora sólo tenemos que pensar en el partido contra Holanda".

Pero tanto los jugadores estadounidenses como el cuadro técnico han reconocido que había que darle crédito a Puerto Rico por el excelente partido de béisbol que realizaron como equipo.

"Se perdió un partido porque enfrente tuvimos a un rival que hizo un gran trabajo desde el montículo con Javeir Vázquez, realmente lanzó una gran pelota", explicó Davey Johnson, piloto de Estados Unidos. "Lo hermoso del deporte del béisbol es que al siguiente día puedes recuperarte dando lo mejor en el campo".

Esa es la gran esperanza que Estados Unidos tiene cuando se enfrente esta noche se enfrenten a Holanda, que perdió por 3-1 frente a Venezuela.

A ambos equipos lo único que les sirve es el triunfo, la derrota manda al perdedor a su casa y eso no entra en los planes de los peloteros estadounidenses, porque de darse sería la mayor humillación que hubiese sufrido en toda su historia el béisbol de su país en competiciones internacionales.

"Vamos a salir al campo con el máximo de los respetos para nuestro rival, pero también con el convencimiento que somos un equipo ganador", comentó Johnson. "Vamos a tener un buen partido, sin importar el rival, porque los jugadores se quieren reivindicar".

Holanda acepta su condición de cenicienta del torneo y llega al partido como presa fácil para la reivindicación y recuperación de Estados Unidos, por lo que su objetivo será de nuevo dar lo mejor en el campo y ofrecer toda la resistencia posible.

Lo hizo ante Venezuela, que ganó con lo justo, y frente a Estados Unidos llegan todavía menos presionados sus peloteros que saben que una victoria los convertiría en los grandes héroes del torneo y ahí es donde radica el gran aliciente del partido para la novena europea".