Tráfico no multará en velocidad variable al menos hasta después de Semana Santa

Barcelona.-  El Servicio Catalán del Tráfico (SCT) ha decidido no empezar a multar a los conductores que infrinjan los límites de la velocidad variable en los accesos a Barcelona hasta como mínimo después de Semana Santa, en vez del próximo 15 de marzo, como estaba previsto inicialmente.

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(EFE)

Un aviso luminoso anuncia la puesta en marcha de la gestión del tráfico en los accesos a Barcelona mediante la velocidad variable, que limitará la velocidad entre los 80 y los 40 por hora en base a las congestiones, los accidentes, la contaminación o el clima. EFE/Archivo

Según han informado a Efe fuentes de Tráfico, la decisión de posponer el inicio del período sancionador obedece a que en los dos meses de prueba de este modelo de gestión del tráfico -que se aplica en la autovía de Castelldefels (C-31) y la autopista del Garraf (C-32)- se ha evidenciado un "cumplimiento generalizado" por parte de los conductores.

Esta "prórroga sancionadora" también permitirá acabar de ajustar el mecanismo técnico que hace funcionar la velocidad variable, para afinarlo al máximo antes de empezar a multar, según las mismas fuentes.

La velocidad variable, un modelo para combatir la congestión y la contaminación pionero en España, se aplica en 19,4 kilómetros de la C-31 y en 14,3 de la C-32, donde desde el pasado 15 de enero se limita en período de pruebas la velocidad entre los 80 y los 40 kilómetros por hora en virtud de las congestiones, los accidentes, la contaminación o el clima.

Según las mismas fuentes, como mínimo hasta después de Semana Santa -del 10 al 13 de abril- no se decidirá cuándo se empezará a multar a los conductores que infrinjan la velocidad variable. No obstante, sí que seguirá multando a los que superen el límite de 80 por hora, vigente desde 2008.

Durante los dos meses de prueba de este nuevo sistema, los conductores han respetado según Tráfico de forma "generalizada" los límites de la velocidad -entre una horquilla de 80 y 40-, que se fijan en paneles situados en cada kilómetro de carretera.

Según las mismas fuentes, durante este periodo de pruebas se ha comprobado que el sistema técnico ha funcionado correctamente, si bien aún quedan por pulir pequeños detalles, por lo que se aprovechará esta "prorroga sancionadora" para acabarlos de perfeccionar.

El propio director del Servicio Catalán del Tráfico, Josep Pérez Moya, aseguró a mediados de febrero que la velocidad variable estaba cumpliendo las expectativas, ya que había logrado compactar la circulación y reducirlas congestiones.

El nuevo modelo se empezó a aplicar el 15 de enero en medio de una fuerte polémica política, ya que CiU y PP se oponen a limitar al máximo la velocidad a 80 por hora en los accesos a Barcelona e incluso el conseller de Política Territorial, Joaquim Nadal, en sintonía con el RACC, pidió que se aplicara una flexibilidad nocturna para poder ir por las noches hasta un máximo de 100 o 120 por hora.

Sin embargo, la consellería de Interior decidió mantener la aplicación de la medida tal como se había planteado inicialmente, de forma que durante las 24 horas del día el límite se fija en los pórticos situados en cada kilómetro entre los 80 y los 40, en función de las congestiones, los accidentes, la contaminación o las condiciones meteorológicas.

La aplicación de la velocidad variable es la segunda parte de un plan bianual aprobado en 2008 por el gobierno catalán, que en enero del pasado año empezó a aplicar, también en medio de una gran controversia, la limitación de la velocidad a 80 por hora en la primera corona de Barcelona.

La velocidad variable se extenderá tras el verano a la AP-2 y la B-23 hasta la Diagonal de Barcelona y en 2010 llegará a los accesos norte de la capital catalana, por lo que ese año estará implantada en todas las entradas y salidas a Barcelona desde la primera y la segunda corona -donde el límite máximo oscilará entre los 100 y los 120 por hora-.