Por qué Cibeles no es la cuarta pasarela del mundo

Son cuatro semanas seguidas de desfiles. Empieza Nueva York, luego va Londres, Milán y por fin París, la madre de todas las pasarelas. Al menos eso es lo que reflejan las publicaciones extranjeras donde no hay ni rastro de la Madrid Fashion Week.

Un diseño de lo más castizo de Elio Bernhayer.

Es sabido que la prensa internacional de calado no pisa Ifema. Se desconoce si les invitan o no. No lo sabe ni la propia directora de la pasarela, Leonor Pérez Pita. La lógica hace pensar que, aunque lo hagan, los periodistas influyentes del sector prefieren ir a Londres, que coincide en fechas con Cibeles. Y es que por mucho que se empeñe Esperanza Aguirre Madrid no es la cuarta pasarela del mundo por delante de la cita inglesa. O quizás es que la presidenta de la Comunidad sabe más que Suzy Menkes, por ejemplo, que sí acude a Londres y nunca ha sido vista por Ifema. Preguntamos las razones de este vacío a cuatro periodistas internacionales del sector que cuentan sus opiniones a soitu.es.

Moda española = Zara

La moda española mueve al año 11.360 millones de euros. La cifra es jugosa y no se entiende que un negocio tan potente tenga cero repercusión en los medios extranjeros. De hecho no es así. Esa moda española que genera dinero aparece con frecuencia en la prensa internacional, aunque suele ser en las páginas de economía. Se trata de Inditex (su dueño, Amancio Ortega, es una de las 10 personas más ricas del mundo), Mango, Neck & Neck o Pronovias. Pero de los diseñadores españoles que muestran dos veces al año sus colecciones en Madrid ni mú. Y aquí empiezan los problemas, como explica Susie Bubble, responsable de Style Bubble, uno de los blogs de moda más visitados de la red, y columnista en Dazed Digital, la versión online del Dazed & Confused. "Se vende un concepto de moda española muy asociado a Zara y Mango. España nunca se ha vendido como una plataforma realmente creativa", explica. La periodista de moda Mimi Spencer, columnista del Daily Mail, está de acuerdo: la potencia de Zara y Mango "eclipsa el verdadero diseño español".

Falla el producto

Esta pasada edición de Cibeles Ana Locking reivindicaba el milagro para la moda española: que se deje de asimiliar lo español con poca calidad en el diseño. Es tarea difícil porque esa es la visión que se tiene en el extranjero. Para cambiar las cosas, explicaba la diseñadora, la industria, los diseñadores y la prensa debían remar a favor. Sin embargo, la labor de la prensa no es proteger a los diseñadores españoles sino contar al resto sus propuestas. Por lo tanto, deberá presentarse un producto interesante para que éste tenga repercusión. Esta es, a juicio de Federico Rocca, periodista de moda de Style.it —la versión online del Vogue Italia—, una de las cosas que falla en la pasarela de Madrid: el producto. Para que algunos de los diseñadores más conocidos sean Custo y Agatha Ruiz de la Prada algo no va bien. "Son graciosos, pero eso no es moda. ¿Dónde está Cristóbal?" (por Balenciaga), se pregunta.

Es invisible

Está claro que para que hablen de ti han de conocerte primero, pero la cosa no está fácil. Rocca lo dice bien claro: "ni siquiera encuentro la página de Madrid Fashion Week". En el caso de Ben Dunbar-Brunton, fotógrafo de moda colaborador habitual de la revista i-D, el tema es peor. "Ni siquiera sabía que existía", comenta. Susie Bubble no mira las propuestas de Cibeles a pesar de que es internetera y podría acceder a los desfiles a través de la red. Pero eso es algo complejo porque salvo que se visiten blogs y páginas de España no hay ni rastro de las propuestas madrileñas. Y ese es otro fallo: "los diseñadores deberían promocionarse más en internet", explica Mimi Spencer. Y es cierto. Es un medio barato con un importante sustrato dedicado a la moda y en el que se pueden encontrar nichos de mercado totalmente segmentados. Y además el feedback está garantizado. "Aparecer en páginas extranjeras y en blogs de moda es una buena forma de dar a conocer tu trabajo", explica Susie. Porque no hay que olvidar que es uno de los métodos más sencillos de traspasar fronteras sin mucho coste.

El diseñador español más conocido es francés

¿Seguro que Dalí inspiró a Montesinos?

"¿Conoces algún diseñador español?" Loewe es la marca que conoce todo el mundo, la que primero viene a la mente. Y resulta que es francesa desde hace 13 años, cuando la vendieron al grupo LVMH. Otro nombre que aparece es Balenciaga (que pertenece al grupo italiano Gucci), aunque lejos queda ya la figura del modisto, al que muchos toman por francés, y ahora la imagen de la casa se asocia con Ghesquière. Manolo Blahnik es otro fijo. "Me encanta que siga siendo un especialista", dice Dunbar-Brunton. El sempiterno Custo también es recurrente. Susie Bubble, que gusta de la moda más vanguardista, sí que va un poco más allá. "Conozco a Emilio de la Morena y a Txell Miras. Creo que ambos hacen ropa escultórica de forma diferente". Emilio de la Morena desfila desde hace años en la London Fashion Week y Txell Miras lo hace en 080. Josep Font y José Castro, que desfilan en París —Castro lo ha hecho este año en Madrid por vez primera— también son conocidos. Por lo demás, si exceptuamos la reseña del desfile en Nueva York de David Delfin que aparece en Style.com —donde también se incluye la de Armand Basi, que muestra su colección en Londres—, pocos diseñadores de Cibeles son conocidos fuera de nuestras fronteras.

Los diseñadores deben salir fuera

Está claro, como demuestra el punto anterior, que hay que salir de España para que la prensa internacional te haga caso. Pero no vale sólo con montar un desfile en alguna capital de la moda. La cosa va más allá, porque de nada sirve mostrar ropa que después no se fabrica, y es de sobra conocida la escasa producción de la mayoría de los diseñadores de la pasarela madrileña. Sin ir más lejos, hace unos días Carmen March contaba en una mesa redonda, que recoge Fashionisima 1.0, que ella no tiene stock "porque hace un solo modelo por talla" así que los vende todos. Claro, pero es que hacer tres piezas de cada modelo es una producción ridícula que obviamente hace que no lleguen a rebajas, y no se puede distribuir a multimarca ni mucho menos exportar. "Tener presencia en las tiendas internacionales es importantísimo para que la prensa te preste atención", dice Susie Bubble. Y es que hablar de modelos que son una quimera no es la intención de la prensa especializada.

Ni siquiera es la quinta pasarela

París contó con creaciones como las de Vanessa Bruno.

No es la cuarta pasarela del mundo, pero ni siquiera es la quinta, papel que no ostenta nadie en concreto pero que todos quieren. Ben Dunbar-Brunton lo explica así: "es complicado ser la quinta pasarela porque siempre recibirán más atención las ciudades donde se encuentran las grandes firmas de moda. Además ya son cuatro semanas de colecciones y se necesita tiempo para hacer el trabajo, para fotografiar la ropa", y también para presentarla, para que las revistas puedan verla y seleccionarla. Además hay una cuestión estructural, como dice Mimi Spencer: "España no tiene la cultura de moda que se encuentra en París o Milán. No tiene el apoyo financiero de Nueva York ni el atrevimiento urbano de Londres". Hace poco el diseñador Jesús del Pozo se quejaba de la falta de apoyo monetario de grandes grupos que reciben los diseñadores. Para Susie Bubble el problema es que se necesita un gran nombre en el programa para atraer atención, así que, se pregunta: "¿será el talento en sí mismo el que necesita un reajuste?" Hace dos años, en una iniciativa que se repite desde entonces, la Asociación de Creadores de Moda de España —ACME—, junto a la Comunidad de Madrid, organizó una muestra de moda española en Nueva York a la que acudió Anna Wintour. La conclusión de la directora de VOGUE USA fue de profesora de primaria: "la moda española debe esforzarse más".