Un año por agredir a una médica a quien después denunció por ataque racista

Almería.-  El Juzgado de lo Penal 3 ha condenado a un año de cárcel a una almeriense de 37 años que amenazó, agredió y denunció por supuestos insultos y lesiones motivadas por racismo a una médica de un centro de salud de la capital, a quien la penada no podrá aproximarse a menos de cien metros durante medio año.

Además de la privación de libertad por un delito de atentado, la mujer deberá abonar a su víctima una indemnización de 210 euros, la misma cifra que se le ha impuesto por cometer una falta de lesiones contra la profesional del centro de la Plaza de Toros.

La sentencia a la que ha accedido Efe detalla que los hechos que han motivado esta condena, que calca la calificación definitiva de la acusación particular, se produjeron el 28 de septiembre de 2006 cuando, sobre las 10.00 horas, la penada se personó en el centro sanitario con su hija, que padecía una crisis de asma.

Pese a que le facilitaron cita para el médico de guardia, la mujer irrumpió en la consulta de la doctora, que atendía a otro paciente y que, al no observar nada grave en la menor, le instó a abandonar la sala y dirigirse a urgencias, donde sería reconocida.

La acusada comenzó entonces a increpar a la médica, a la que amenazó con "darle una paliza" mientras se dirigía al mostrador para exigir que le facilitaran el libro de reclamaciones.

Mientras esto ocurría, la niña fue trasladada a urgencias donde, mientras estaba siendo atendida por la doctora objeto de la refriega anterior, llegó la madre para oponerse a que ella tratara a la pequeña, al tiempo que le dirigía amenazas como "te voy a rajar la cara", tras lo que abandonó el lugar voluntariamente.

Segundos después volvió a irrumpir en la sala y, mientras se dirigía a la doctora para decirle "te tengo que guantear, te tengo que rajar", se abalanzó sobre ella y le propinó una patada y un guantazo que le ocasionaron lesiones por las que precisó de una única asistencia y que tardaron siete días en sanar.

Durante el proceso, la madre de la paciente sostuvo que solo mantuvo una discusión con la médica porque estaba muy nerviosa por el estado de su hija, además de asegurar que ella misma fue insultada y golpeada fruto de una supuesta "actitud racista" por parte de la doctora, "al ser de etnia gitana".

El Juzgado de lo Penal ha restado credibilidad a esta versión de lo ocurrido, para lo que se ha apoyado entre otras cosas de la resolución del proceso emprendido por esta mujer contra la médica, que concluyó con una sentencia absolutoria para la doctora.

Además de por lo anterior, la declaración de la agresora no ha resultado creíble para la sala puesto que tres testigos de los hechos - un paciente, una médica y un enfermero - corroboraron la declaración de la denunciante, cuya "capacidad profesional" fue cuestionada por la penada, antes de que ésta "pasara al insulto y al ataque personal".