Ban comprueba en el Congo el temor de los desplazados a volver a sus casas

Goma (RDC).-  El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, visitó hoy en el este del Congo el campamento de desplazados de Kibati-1, en las afueras de Goma, en la provincia de Kivu Norte, donde pudo comprobar el temor de más de 20.000 personas a volver a sus casas debido a la violencia que asola la región.

Aunque los enfrentamientos entre el Ejército y la guerrilla finalizaron en enero pasado, son muchos los que todavía no han querido regresar a sus hogares, puesto que la situación aún no se ha estabilizado y, además, no saben si tienen una casa a la que volver.

Kanyege Yaryum, una mujer de 28 años, llegó Kibati desde la zona de Rutshuru, unos 80 kilómetros al norte de Goma, hace tres meses, huyendo del avance de los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), encabezados por el ex general congoleño Laurent Nkunda.

"Vine aquí con mis cinco hijos desde Rutshuru, como la mayoría de los que estamos aquí, y quiero volver a mi hogar, pero necesito que me asistan y que me ayuden para poder regresar", dijo a Efe Kanyege.

"No sé si mi marido está vivo o no, y no sé si me queda algo a lo que regresar, pero estoy lista para volver", agregó la mujer.

Kanyege tampoco sabía que el líder del ya prácticamente desmantelado CNDP fue detenido por las autoridades ruandesas el pasado 22 de enero, y tampoco le importa si Nkunda es o no extraditado a la RDC: "Sólo quiero que haya paz", remarca.

El campo de desplazados, que comenzó a funcionar en noviembre de 2007, estaba pensado para alojar a unas 10.000 personas, aunque ha llegado a amparar a más de 60.000 y ha tenido que ser trasladado en varias ocasiones por el avance de los guerrilleros del CNDP.

Para paliar en la mayor medida posible el sufrimiento de la población desamparada en el este del Congo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiaos (ACNUR) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) trabajan en el Kibati 1.

Aunque estas instituciones tratan de atenuar los efectos de la guerra, "hay una clara falta de respeto a los Derechos Humanos en el campamento, por lo que más del 90 por ciento de los refugiados están dispuestos a volver a sus hogares", dijo hoy a Ban Ki-moon el responsable de ACNUR en Kivu Norte, Ibrahima Coly.

"Hay gente en este campamento que ha sufrido robos y secuestros, y la impunidad de quienes cometen estos delitos cada vez es mayor", a pesar de las fuerzas de seguridad destacadas en Kibati 1, que tienen como principal objetivo mantener el orden, declaró Coly.

Ban, que también escuchó los testimonios de una mujer y un niño del campamento, declaró que la principal finalidad de su visita era llevar "esperanza" a los desplazados, puesto que sabe "lo difícil que es vivir sin agua, sin condiciones de salubridad, sin colegio y con escasa comida que llevarse a la boca".

"Cuando veo las condiciones en las que vivís, me acuerdo de cuando yo tenía ocho años. Nosotros también sufrimos la guerra coreana y, por lo tanto, esta situación me es muy familiar", comentó el secretario general de la ONU.

"He venido a traer esperanza y a mostrar solidaridad; mi visita a Goma me ha permitido darme cuenta de que debemos trabajar mucho más de lo que ya hacemos para ayudar a esta gente que necesita de nuestro apoyo", concluyó.

Los última ofensiva de los rebeldes del CNDP de Nkunda, que se produjo entre los meses de agosto y noviembre de 2008, añadió otros 250.000 desplazados a los 800.000 que se calcula que hay en Kivu Norte.

Muchos de ellos fueron a dar a Kibati, donde se paró el avance de los rebeldes del CNDP y se estableció una línea de frente, lo que dejó en una situación muy vulnerable a los dos campamentos que están situados a las afueras de la ciudad de Goma.

Tras una década de violencia en el Congo, más de seis millones de personas han muerto en el país, la gran mayoría de ellas no directamente a causa del conflicto, sino de sus consecuencias, según el coordinador residente de Naciones Unidas en la RDC, Ross Mountain.

En el este del Congo, "uno de cada cinco niños no alcanza los cinco años de edad", explicó Mountain, quien precisó que "las enfermedades, y sobre todo la malaria, hacen estragos en el país. Más de 1.500 congoleños mueren al día en este país, lo que supone una media de 45.000 personas al mes".