Cómo crear una marca y no morir en el intento

Aterrizamos en el mundo de la moda de manera inconsciente. Somos autodidactas y nunca pensamos que el mundo de la moda fuera tan complejo. El problema viene cuando quieres hacer de la moda tu profesión e intentar vivir de esto. Aunque desfiles en pasarelas y tengas buena prensa, lo importante para un diseñador que está empezando es vender sus colecciones en tiendas. También es lo mas complicado, porque las tiendas tienen dificultad para vender una marca que nadie conoce y que además no es barata, debido a que produces cantidades muy limitadas y los costes de producción son muy elevados. Todo esto si te lanzas a la locura de producir tus colecciones, claro.

ampliar foto

Frank Kalero

Una de las colecciones de Potipoti.

Por lo tanto si te quieres dedicar a esta maravillosa profesión, al principio, lo normal es alternar tu proyecto con trabajos esporádicos o de media jornada en otras cosas que te den de comer. Alternativas hay un montón. En nuestro caso, compaginamos con trabajos como diseñadores gráficos e ilustración para medios impresos. Ahora tenemos menos tiempo, pero si surge un proyecto interesante tratamos de sacarlo adelante (mundo potipoti en soitu sería un buen ejemplo). Otra alternativa es la docencia, muchos diseñadores imparten clases en escuelas de moda, nosotros impartimos talleres en algunas escuelas o facultades de Bellas Artes, casi siempre incidiendo en un punto medio entre diseño gráfico y diseño de moda. Montar tu propia tienda es una buena solución, ya que te ayudará a afianzar tu clientela y a los clientes siempre les gusta el trato directo con el diseñador.

Las ayudas estatales son muy importantes, porque asistir a ferias y promocionar las colecciones es bastante caro. Aparte de la posibilidad de mostrar las colecciones en pasarela necesitaríamos una especie de ayudas o acuerdos con el Estado para trabajar con proveedores locales y producir en España a unos precios competitivos. Por otro lado, esto también ayudaría a los fabricantes nacionales, que podrían mantenerse con la producción de muchas firmas de pequeña o mediana envergadura. Sería una cuestión de adaptarse a esta nueva situación, después de haber perdido las grandes empresas que se han marchado a Asia.  

Ahora viene la parte en la que tienes que darte a conocer al resto del mundo. Creemos que un producto sin una historia interesante detrás no es atractivo. Nosotros al principio producíamos en dos conventos de monjas en Palencia y esto a los alemanes les encantaba, les parecía exótico y veían un valor añadido a las prendas. Posicionar tu marca en Internet también es vital: cuando recibimos un pedido de Hong Kong o de Australia te das cuenta del valor de la Red para llegar a cualquier sitio del mundo.

La parte en la que el público de la calle es consciente de esta situación y apoya a los diseñadores locales comprando sus colecciones debería no ser una utopía. Hay países, como los escandinavos, en los que ser diseñador emergente está bien visto y la gente valora esa exclusividad. En el caso de los países mediterráneos es más difícil, ya que lo que vende mayoritariamente son las grandes marcas o las grandes cadenas.

Crear una marca desde cero no es cuestión de dos o tres años, es una carrera de largo recorrido, por lo tanto hay que armarse de paciencia y mantener la ilusión fresca día tras día.