Robin Hood en el bosque de Kelsterbacher

La Policía alemana ha detenido hoy al grupo de activistas y voluntarios que resistía desde hace diez meses en el bosque de Kelsterbacher para evitar la tala de los árboles por la ampliación del aeropuerto de Fráncfort. Como el héroe inglés en Sherwood, estos jóvenes pertenecientes a la organización alemana 'Robin Wood' se habían atrincherado en esta floresta acampados entre y sobre los árboles.

Hoy a las 7:30 de la mañana, al menos 20 escaladores profesionales y otros agentes de la policía han entrado en el bosque para desalojarlo y se han llevado detenidos a sus Robin Hood. La operación se produjo después de que la empresa Fraport, encargada de la construcción de la nueva pista de aterrizaje del principal aeropuerto de Fráncfort, recibiese luz verde de las autoridades alemanas.

No ha sido fácil llegar hasta los inquilinos que se alojaban a más de 15 metros de altura. Los agentes han tenido que descolgar las cuerdas que servían de puente entre los árboles para aislarlos y, con la ayuda de dos plataformas elevables, han ido bajando a todos los que se resistían dentro de sus tiendas de campaña y cabañas de madera. ¡Hasta una bañera han encontrado los policías sobre los árboles! Los detenidos han sido trasladados a la comisaría de policía de Fráncfort y alrededor de las cuatro de la tarde el campamento ya se encontraba vacío.

Como explica Ute Bertrand desde la organización Robin Wood, "Fraport quiere talar más de 250 hectáreas de árboles de este bosque protegido para la construcción de una cuarta pista de aterrizaje, una instalación totalmente innecesaria para el aeropuerto de Fráncfort". Para Bertrand, "a pesar de que hoy hemos fracasado, esta protesta es sobre todo un símbolo de resistencia a una actuación que consideramos injusta, como es la tala del bosque". Además de defender el bosque de Kelsterbacher, esta organización que ha tomado el nombre del 'Príncipe de los ladrones' busca "presionar a los políticos para que pongan fin a los vuelos nocturnos que suponen un gran problema para la gente que vive cerca del aeropuerto".

Según denuncia este grupo, el alcalde de Kelsterbach, Manfred Ockel, pretende vender el bosque de la ciudad a la empresa Fraport. El plan de ampliación del aeropuerto busca aumentar su capacidad en 700.000 vuelos al año para 2011. Para los ecologistas, esto significaría que cada 45 segundos despegara o aterrizara un avión en la ciudad alemana, y la emisión a la atmósfera de 53 millones de toneladas de dióxido de carbono. "Para nosotros, el avión es el medio de transporte que más está influyendo en el cambio climático", concluye Bertrand.

Mientras tanto, activistas y ciudadanos alemanes apoyan con sus firmas la carta dirigida al presidente del Estado Federal de Hessen, Roland Koch; y al alcalde de Kelsterbach, Manfred Ockel, para que no permitan la destrucción de los bosques alemanes.