Las FARC buscan influir en las elecciones del 2010, advierte el ministro de Defensa colombiano

Bogotá.-  La guerrilla de las FARC, con sus liberaciones de rehenes "a cuentagotas", busca influir en las elecciones presidenciales del 2010, advirtió hoy el ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos.

"Con las acciones políticas, liberando secuestrados a cuentagotas, quieren colocarse en una situación" en la que "puedan influir" en las próximas elecciones (...) lo han hecho en las elecciones pasadas", señaló Santos en una conferencia ante oficiales y suboficiales del Ejército.

Santos subrayó que, como en otras ocasiones, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) razonan así: "yo escojo con quien hago la paz, el pueblo vota por esa persona y volvemos al engaño, como dice el presidente (Álvaro) Uribe, 'al perro no lo capan dos veces'".

El ministro hizo estas declaraciones días después de que las FARC entregaran a una misión humanitaria a seis rehenes: el ex gobernador del Meta Alan Jara, el ex diputado de la Asamblea Departamental del Valle del Cauca Sigifrado López, tres policías y un soldado.

Los rehenes fueron entregados a la senadora opositora Piedad Córdoba, como gesto hacia un grupo de políticos, académicos, artistas e intelectuales llamado Colombianos y Colombianas por la Paz (CCP).

Santos también denunció hoy que ha sido una táctica habitual de las FARC perpetrar actos terroristas para crear sensación de inseguridad entre la población.

"Por un lado sueltan secuestrados, por otro lado botan (lanzan) bombas, quieren decirle a la población que están vivos (...) quieren crear en la psique colombiana una necesidad de negociación de paz", remarcó el ministro.

Ayer se conocieron dos comunicados de las FARC en los que la guerrilla más antigua de América anuncia que solo liberará a los 22 policías y militares que tiene en su poder si unos 500 de sus rebeldes son excarcelados.

En respuesta, el Gobierno colombiano exigió hoy a las FARC el cese total de sus actos terroristas como primer paso para iniciar un proceso de paz que incluya la posterior entrega de las armas y un eventual diálogo, como ocurrió en Irlanda del Norte.