Bob Dylan vende pepsis

Si Bob Dylan se ha prestado a hacer un anuncio junto a Will.i.am de Black Eyed Peas para Pepsi, ¿quién hará ahora la revolución? ¿Adónde irán esas declaraciones en las que Dylan afirmaba que en las últimas décadas nadie había producido un disco que le gustase? ¿La producción de este remix de su canción 'Forever Young' con los raperos de moda sí le parece interesante? ¿Qué dirán todos aquellos que criticaron a Madonna por colaborar con Pharrell y Timbaland por venderse? Si Madonna se ha vendido, ¿qué ha hecho Bob Dylan?

El anuncio, realizado para emitirse durante el descanso de la Super Bowl americana, cuyos anuncios de 30 segundos cuestan unos 2 millones de euros, no es una sorpresa completa. Pepsi ha querido siempre ligar su imagen a la música, realizando sonados anuncios de Britney Spears, Christina Aguilera, Spice Girls, Shakira o Juanes. A nadie sorprende que escojan a artistas prefabricados para anunciar refrescos enlatados. El debate viene cuando Pepsi o cualquier otra marca se asocia a música alternativa escogiendo canciones indies tipo 'Chup Chup'. ¿Alguien se acuerda de Undrop?

En ocasiones los intereses de artista y marca contrastan y las cosas no acaban bien. Y no nos referimos al famoso incendio que hirió a Michael Jackson durante el rodaje de un anuncio de Pepsi, sino a la millonada que perdió la compañía cuando intentaron vincularse al lanzamiento de 'Like A Prayer' de Madonna. Al final tuvieron que retirar el anuncio porque el single había desatado protestas religiosas. Vaya, Madonna era demasiado alternativa para Pepsi, después de todo.

También desastrosa fue la colaboración de Eric Clapton y la cerveza Anheuser-Busch en 1988, cuando se descubrió que en la época en la que se emitía el anuncio, Eric Clapton estaba luchando contra su alcoholismo. Por lo menos aparecía en el spot más tocando que bebiendo.

Igualmente impactante aunque supuestamente más divertida fue la campaña de John Lydon de Sex Pistols, ya sabéis, los de 'Anarchy in the UK' y 'God Save The Queen', para una mantequilla británica. ¿A alguien le hizo gracia? ¿Hasta qué punto resultaba irónica? ¿Era irónica también la pasta que se llevaría?

Estas cosas no suelen dejar buen sabor de boca a nadie. Muchos hemos crecido atendiendo al apasionante mundo lírico de Michael Stipe en R.E.M. Frases surrealistas, a veces casi nihilistas e inequívocamente post-grunge... ¿que le han llevado a qué? A diseñar polos para Lacoste, nada menos.

En la misma línea Calvin Klein hizo una buena criba de resaca grunge reuniendo a varios artistas de los 90 para posar para ellos: Shirley Manson de Garbage, Dolores O'Riordan de los Cranberries y Brian Molko de Placebo se sumaron a una sesión que parecía premiar la androginia. Una reivindicación de moda en la época que hoy se antoja histórica y que llevaría a Courtney Love, siempre rodeada de Versaces, a decir que somos unos antiguos por entender como algo incompatible lujo e independencia.

Courtney, de hecho, autorizó las Converse de Kurt Cobain que aparecieron en el mercado. Es su mujer y ella sabrá lo que habría querido, pero es surrealista, como mínimo, ligar la imagen del espíritu del grunge a unas zapatillas. Por no hablar de otro trágico suicidio de otro cantante de los que no encontraban su lugar en el mundo, el de Ian Curtis de Joy Division, también presente en la misma colección.

Seamos abiertos y modernos, alegrémonos de que Bob Dylan se relaje con una buena Pepsi después de décadas de trabajo y de que se abra al fin a otros estilos musicales... pero esto de comprarse las zapatillas que llevaba Kurt Cobain cuando se pegó un tiro, igual es demasiado de momento.