¿Cuándo dejará Rajoy de examinarse?

Quién le iba a decir al presidente del PP cuando se examinó para Registrador, hace 30 años, que seguiría haciéndolo de por vida. El espionaje de la Comunidad de Madrid, las elecciones gallegas, vascas y europeas son las materias sobre las que el tribunal más implacable, su propio partido, le va a calificar.

(EFE)

Rajoy, dispuesto a salir a la pizarra de nuevo

"Rajoy siempre se está examinando. Parece que no le sirve de nada ir aprobando todos los exámenes. Es el político al que más se le exige. No recuerdo ningún caso igual". Un diputado del círculo más cercano al presidente popular expresa la desesperación que genera que las elecciones gallegas y vascas de marzo y las europeas de junio representen nuevas pruebas para valorar si Rajoy tiene o no derecho a continuar al frente del partido. Este gallego que comenzó a preparar las oposiciones a registrador de la Propiedad durante el ultimo año de carrera y las aprobó 'sin despeinarse' —tal y como recuerda uno de los miembros del tribunal al que deslumbró con su "potente oratoria y la seguridad que exhibía para sus 24 años"— no imaginó entonces que estaba destinado a seguir defendiendo su valía 30 años después. Él, sin embargo, se repliega en su concha y aguanta estoicamente. Repasa el temario en soledad y se prepara de nuevo para enfrentarse al examinador más intransigente: su gente.

En el entorno del presidente existe una gran preocupación. El caso de espionaje en la Comunidad de Madrid ha pasado de ser un tema que "sólo afecta a Esperanza" tal y como comentaban en privado algunos diputados populares y con el que incluso se bromeaba en los corrillos que se formaron en el reciente foro abierto Queremos, que se celebró el pasado 21 de enero, a un asunto del que no se sabe cómo salir indemnes. "Si resolvemos nuestros problemas, no habrá problema en las elecciones europeas. Si no es así, habrá mar de fondo. Por eso a día de hoy es difícil saber qué sucederá" reflexiona el mismo diputado.

Los exámenes de Rajoy

Desde que Aznar le eligió a dedo presuponiendo que sería el más dócil de los delfines, Rajoy ha tenido que pasar, tras la victoria del PSOE en las generales de 2004, por diversos ejercicios prácticos. Los comicios autonómicos gallegos de 2005 fueron una dura evaluación. Manuel Fraga perdía su feudo al lograr 37 de los 38 diputados que precisaba para hacerse con la mayoría absoluta en el Parlamento, tal y como había sucedido en las cuatro legislaturas anteriores. El empecinamiento de Fraga, ya desgastado ante un electorado al que consideraba fiel de por vida, propició que el Bloque de Anxo Quintana y el Partido Socialista de Pérez Touriño gobernaran en coalición, con el candidato del PSOE de presidente. Esta vez, el PP tiene puestas todas sus esperanzas en Nuñez Feijóo, un hombre 100% Rajoy. El presidente del partido en Galicia ha apoyado a su líder desde que en marzo de 2008 comenzara la cacería interna tras perder las generales.

Nuñez Feijóo ha prometido dimitir si no gana, una tramposa declaración política, porque muy mal se tendrían que dar las cosas para que no resultase la formación más votada como sucedió la última vez. Lo cual no implica que pueda gobernar sin la mayoría absoluta. "Tenemos opciones de mayoría absoluta en las gallegas y nos mantendremos en las vascas", asegura un asesor del partido. Por si acaso, esta semana los líderes populares se marchan de gira. Hay que asegurarse el voto de los emigrantes, justo la baza que falló en el 2005. Así, Mª Dolores de Cospedal recala en París, Rajoy en Suiza y a Nuñez Feijóo le toca hacer las Américas.

En torno a Basagoiti, el candidato vasco, no se han creado tantas esperanzas. Su discurso es cercano y sencillo, y a él todavía le falta el resabio de los veteranos. Por un lado encarna la renovación en el escenario vasco pero también se le percibe demasiado verde para mejorar los resultados de abril de 2005, cuando el PSOE sumó los cuatro escaños que María San Gil perdía respecto a 2001. "En el País Vasco la frustración será para el PSOE, porque no conseguirá ganar...", vaticinan fuentes del PP.

Las elecciones catalanas de noviembre de 2006 también se consideraron un examen en el que más que a Piqué se enjuiciaba al presidente nacional del partido de nuevo. Para los fieles a Rajoy, "los resultados fueron mejor de lo que nos auguraban. Sólo se perdió un escaño a pesar de la candidatura de Piqué y de la irrupción de Ciutadans, que se estrenó con tres diputados en la Cámara". Claro que fueron las elecciones autonómicas y municipales de 2007, que muchos analistas consideraron las "primarias del PP", el examen que mejor le salió a Rajoy. No tuvo que escudarse en el típico "me tienen manía" que usan habitualmente los estudiantes cuando no obtienen los resultados previstos. En conjunto, el PP logró un 35,64% , es decir 7.909.939 de votos frente al 34,94% del PSOE y sus 7.752.635 de votos.

Las buenas notas duraron poco. En marzo de 2008, Zapatero repetía como primero de la clase. Y los múltiples papás del líder del PP se negaron incluso a firmarle el libro de calificaciones. Quisieron expulsarle del colegio. Pero él, resistente como hacen los típicos ganadores de reality profesionales, se puso el escudo y dejó que le echaran un rapapolvo detrás de otro. Hace 11 meses nadie habría dado un duro por su pellejo. Pero la realidad es que sigue ahí. Con el temario encima de la mesa, dispuesto a salir a la pizarra las veces que haga falta. Sus detractores se marcan meta tras meta desde que perdió las últimas elecciones. Primero fue el Congreso de Valencia, en el que no las tenía todas consigo. Antes de que se clausurara ya se escuchaba la siguiente cita: "Habrá que ver si puede con las gallegas, las vascas y las europeas". El pasado junio, en los pasillos de la feria de Valencia, ni uno solo de sus examinadores podía prever un ejercicio tan complicado de resolver como el del espionaje en la Comunidad de Madrid. Se admiten apuestas.