Un fuerte aumento en la fuga de capitales enciende una señal de alerta a Argentina

Buenos Aires.-  La fuga de capitales de Argentina, que el año pasado casi triplicó a la de 2007, enciende otra señal de alerta sobre las amenazas a la economía del país en un contexto de crisis global potenciado por factores internos, según expertos consultados hoy por Efe.

La salida de 23.098 millones de dólares registrada por el Banco Central el año pasado (frente a 8.880 millones de 2007) supera a la fuga que sufrió Argentina durante la severa crisis que desembocó en el cese de pagos de fines de 2001 y la devaluación del peso, a comienzos de 2002 (unos 18.700 millones de dólares).

Argentina acumula ahora seis años consecutivos de crecimiento con superávit público y comercial, lo contrario de lo que sucedía en 2002, cuando arrastraba cuatro años de recesión.

Pero analistas y consultoras destacan sin embargo que la crisis global puso fin a la "bonanza" exportadora de Argentina y otros países de la región y el Gobierno de Cristina Fernández deberá revertir la incertidumbre que provocó el año pasado con el largo conflicto con el campo y la "estatización" de la jubilación privada.

Los giros de utilidades y dividendos de las empresas alcanzaron el año pasado a 3.552 millones de dólares, "casi duplicando el nivel registrado en 2007", puntualizó un informe sobre el Balance Cambiario publicado hoy en la web del Banco Central.

Tal aumento en el giro de utilidades empresariales se debe al "temor y la incertidumbre" en la marcha de la economía, comentó a Efe el experto Aldo Abram, cuando aún está latente el conflicto por la fuerte presión del fisco sobre el sector agropecuario, que entre marzo y junio pasados llevó a cabo cuatro huelgas patronales.

El informe del Banco Central muestra que la fuga de capitales en el cuarto trimestre de 2008 alcanzó a los 6.649 millones de dólares, con un alza del 14,6 por ciento respecto del trimestre anterior.

Apunta que en octubre pasado hubo un pico de demanda de dólares en la plaza cambiaria local, lo cual dejó un déficit mensual por unos 3.600 millones de dólares.

"Los inversores de corto plazo se van rápido y la gente recorta gastos o aumenta el ahorro. Como los argentinos piensan en dólares, han pasado sus ahorros en pesos a la moneda estadounidense y lo guardan en el colchón, lo cual redujo el consumo y quitó crédito a la economía", puntualizó Abram.

Mientras, la consultora Ecolatina ha advertido que "el principal desafío" del Gobierno argentino es el de "revertir las expectativas negativas" que han fomentado una "retracción" del consumo, que se debe reactivar para compensar la caída de ingresos por exportaciones provocado por la crisis global.

"Sin recuperación de la confianza y las expectativas, la actividad y el empleo se resentirán. Asimismo, las medidas del Ejecutivo pierden efectividad: incluso un estímulo monetario directo (incrementos salariales, sumas fijas, promociones) puede no canalizarse totalmente al consumo e impulsar, en cambio, la fuga hacia el dólar", subrayó.

El balance del Banco Central reportó que "a pesar de la volatilidad en los mercados globales", sus reservas internacionales cerraron 2008 en 46.386 millones de dólares, "210 millones más que a fines de 2007".

Luego de remarcar que "es muy importante" preservar el superávit público, Abram comentó que la política cambiaria del Banco Central "está bien" en el actual contexto, pero deberá permanecer alerta para evitar "que la gente entre en pánico y salga a comprar más dólares".

La consultora Abeceb.com destacó que este año se sentirá aún más el "fuerte deterioro" de los precios de las materias primas, que constituyen casi la mitad de las exportaciones de Argentina, cuya balanza comercial cerró el 2008 con un superávit de unos 13.300 millones de dólares.

La semana pasada, el Banco Central pronosticó que la crisis global hará que el crecimiento económico de Argentina se sitúe este año en un 4 por ciento frente al promedio del 8,3 por ciento de los últimos seis años.

Estas previsiones coinciden con las del Presupuesto Nacional de este año y las de algunos expertos, aunque otros pronostican que el Producto Interior Bruto (PIB) del país no crecerá o sufrirá un retroceso de entre el 0,2 y el 0,4 por ciento.