La ex presidenta Plavsic dice que la tratan peor que a los nazis en Spandau

Copenhague.-  La ex presidenta serbobosnia Biljana Plavsic, que cumple condena de once años por crímenes contra la humanidad en la prisión sueca de Hinseberg, se queja de que recibe peor trato que los nazis en la cárcel de Spandau después de los juicios de Nuremberg.

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(EFE)

Imagen de una celda de la prisión de mujeres de Hinseberg, Suecia, en la que cumple condena la ex presidenta serbobosnia Biljana Plavsic, por crímenes contra la humanidad. EFE/Archivo

"Estoy peor en Hinsenberg que el nazi Albert Speer en Spandau. Por lo menos él tenía su propio jardín", declara Plavsic en la edición hecha pública hoy de la revista "Vi" en la primera entrevista que concede a un medio sueco desde su cautiverio.

Plavsic fue condenada por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia de La Haya y cumple condena desde junio de 2003.

Durante su reclusión, Plavsic ha sido ingresada en un hospital varias veces por problemas respiratorios, se ha quejado del trato recibido en prisión y ha solicitado sin éxito el indulto al Gobierno en dos ocasiones por su mala salud y el acoso de otras prisioneras.

"¿Cómo he acabado en una cárcel, entre prostitutas, asesinos, narcotraficantes, drogadictos, ladrones y estafadores?", se pregunta Plavsic, quien se queja de que le apliquen el "mismo trato" que a esa "clientela".

La ex presidenta serbobosnia critica también que no se le concedan permisos como al resto de presos y que se ignoren sus denuncias sobre amenazas de presas musulmanas, algo que las autoridades suecas niegan.

A diferencia de otros acusados por crímenes de guerra en la ex Yugoslavia, Plavsic aceptó su culpabilidad durante el juicio, algo que ahora lamenta.

"No he hecho nada malo, pero mi abogado me aconsejó aceptar ese punto para poder negociar otros. Si no el juicio se hubiera prolongado 3 años y medio, demasiado tiempo teniendo en cuenta mi edad", señala la ex presidenta, de 76 años.

Plavsic cumplirá el próximo octubre los dos tercios de su pena, lo que le debería permitir obtener el régimen de tercer grado.