Fangoria, cada vez más superficiales

Fangoria se recrea en el consumismo en su nuevo single, 'Más o más'. Adiós definitivo al minimalismo y a los tiempos en que se declararon en bancarrota. Alaska y Nacho pueden decir ya un "hola" definitivo al 'lamé' y el 'tergal', a los 'flamencos rosas' y a todas esas cosas chochis que cantan en su nuevo tema. Su etapa de grupo maldito llegó hace tiempo a su final.

Cuando Alaska y Dinarama se separaron en 1989, no sólo los sonidos acid distanciaron a Fangoria de Carlos Berlanga. También se consolidó en sus letras un enorme dramatismo asociado a la culpa, la derrota, la religión y la muerte. Canciones como 'En mi prisión', 'Sálvame' o 'Dios odia a los cobardes' crearon un universo de instropección bastante victimista que dieron una personalidad inconfundible al grupo.

El momento álgido de la carrera de Fangoria fue consecuencia de esta etapa de escaso reconocimiento. 'Una temporada en el infierno', producido por Carlos Jean, era un interesante ejercicio de minimalismo sonoro en el que, como el propio nombre del disco indica, Alaska y Nacho hablaban sobre los momentos más tortuosos de su carrera, desde luego en lo comercial, pero aparentemente también en lo personal, con títulos como 'Me odio cuando miento' o 'No será'.

Con 'No sé qué me das' y el nuevo mundo de números 1 en 40 Principales (consiguieron otros dos, 'Retorciendo palabras' y 'Miro la vida pasar'), todo volvió a cambiar para Fangoria, pasando a recoger discos de oro, algo impensable unos años antes, y multiplicando su caché por concierto considerablemente.

Esta nueva etapa no es ni buena ni mala, pero desde luego es diferente y muchos la asocian al matrimonio en Las Vegas de Alaska con Mario Vaquerizo, que tiene un grupo que no les gusta nada a los chicos de 'Muchachada Nui'. A diferencia de un matrimonio común, tras el que las letras del grupo tendrían que haberse enfocado hacia la celebración del amor (también Nacho tiene pareja estable), lo han ido haciendo hacia todo lo contrario: la superficialidad, lo festivo y la tontería. Apariciones en fiestas de travestis, blogs en Libertad Digital... Todo un mundo kitsch y extravagante que en el fondo siempre había pegado a Nacho y a Alaska... sólo que estaba dormido hacía tiempo.

Los Pegamoides hicieron un single en los 80 que simplemente cantaba: "Quiero ser un bote de Colón / y salir anunciado por la televisión / Qué satisfacción ser un bote de Colón". Probablemente ni en sus mejores sueños Alaska habría pensado que llegaría a ser más famosa que un bote de Colón. O si en algún momento lo pensó cuando estaba al frente de 'La Bola de Cristal' y 'Deseo carnal' vendía cientos de miles de copias gracias al éxito de 'Ni tú ni nadie', seguro que la idea desapareció de su mente cuando cantó con Fangoria aquello de 'El dinero no es nuestro Dios'.

Hoy Alaska, a sus 45 años, se regocija en la contradicción, a la que tantas veces ha cantado. Como la Madonna que volvió a reivindicar pasarlo bien en 'Music' después del espiritual 'Ray Of Light' o en 'Confessions On A Dance Floor' después de 'American Life'. La máxima de Olvido ahora parece ser cantar sobre un mundo vacuo, sin profundidades ni complejidades que "no sirven para nada". "Viva todo lo superficial", anima, sin que exista ningún atisbo de ironía en ello, para incredulidad de los que antes se fustigaban escuchándolos. La veleta ha girado, perdiendo el interés de la crítica especializada por el camino. ¿Alguien se acuerda de cuando Rock de Lux los apuntaba como lo mejor del año en sus listas?

Hoy Alaska vale para cantar en un programa de Ana Rosa Quintana, para salir en el programa de Losantos, para aparecer con una camiseta de Camela en la revista más 'in' de tendencias, para presentar Eurovisión o para que un camionero cuelgue su foto desnuda, aunque sea posando contra los toros, en su cabina (seguro que ésta es su favorita). 'Absolutamente' saldrá a la venta a finales de febrero y será, seguro, un éxito comercial mayor que 'Una temporada en el infierno'. Viva el mal, viva el capital.