La SADC se reunirá en Pretoria en un nuevo intento de formar Gobierno en Zimbabue

Johannesburgo.-  Los gobernantes de la Comunidad para el Desarrollo de África Occidental (SADC) se reunirán el próximo lunes en una Cumbre de la organización en Pretoria, en un nuevo intento de conseguir la formación de un Gobierno de unidad nacional en Zimbabue.

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(EFE)

El líder de la oposición de Zimbabue y primer ministro designado, Morgan Tsvangirai (c), llega al aeropuerto internacional de Harare (Zimbabue), el pasado sábado, para asistir a un reunión sobre la formación de un Gobierno de unidad nacional, que terminó en fracaso. El próximo lunes habrá un nuevo intento. EFE/Archivo

La reunión, convocada hoy oficialmente por el mandatario sudafricano, Kgalema Motlanthe, como presidente de turno de la organización regional, se producirá una semana después del fracaso en Harare de el último encuentro entre el presidente Zimbabuense, Robert Mugabe, y el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai.

Tras el fracaso de la última reunión, existen pocas esperanzas de que la Cumbre de la SADC consiga que se cumpla el acuerdo entre la Unión Africana Nacional de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), de Mugabe, y el Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), de Tsvangirai, para formar un Gobierno de unidad.

Según el acuerdo firmado el pasado septiembre, Mugabe seguiría como presidente, Tsvangirari sería el primer ministro y las carteras del gabinete se repartirían equitativamente, pero posteriormente la ZANU-PF insistió en ocupar todos los ministerios relevantes, incluidos Interior y Finanzas, que en principio correspondían a la oposición.

El acuerdo se consiguió con la mediación del ex presidente sudafricano Thabo Mbeki, como representante de la SADC, al que los opositores del MDC han acusado reiteradamente de actuar con parcialidad a favor de Mugabe.

Mugabe ha afirmado que no cederá más poder al MDC del que le ha ofrecido y Tsvangirai reclama un reparto equitativo en el Gobierno, además de la liberación de las decenas de opositores y defensores de los Derechos Humanos detenidos por el régimen y el fin de la represión en el país.

En Johannesburgo, la esposa de Nelson Mandela, Graça Machel, afirmó ayer que el régimen del presidente zimbabuense, Robert Mugabe, ha perdido legitimidad y criticó a los líderes de la SADC por permitir que la crisis en Zimbabue se haya prolongado tanto.

Las críticas de Machel se produjeron en un acto para presentar la campaña "Salvemos a Zimbabue, ahora", iniciativa de líderes religiosos de varias confesiones, incluido el arzobispo anglicano y Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu, que consiste en un ayuno de un día por semana para concienciar a la comunidad internacional acerca de la crisis humanitaria que sufre Zimbabue.

La organización Human Rights Watch (HRW) hizo público hoy un comunicado para exigir la "presión política concertada" de los países de la Unión Africana sobre Mugabe, para "ayudar a acabar con el enorme sufrimiento" de los zimbabuenses y resolver la "crisis sin límites" del país, de la que responsabiliza al régimen.

Para HRW, los "abusos", la "represión" y la "corrupción generalizada" del régimen de Mugabe y la ZANU-PF, "que han demostrado escaso respeto por el bienestar de los zimbabuenses", son las causas de "la falta de alimentos, la epidemia de cólera y el derrumbe del sistema sanitario de Zimbabue".

Mientras Zimbabue sigue sin Gobierno y con un régimen no reconocido por la comunidad internacional, sometido a sanciones de EEUU y la Unión Europea, la desastrosa situación humanitaria en el país se agrava cada día.

Más de 2.100 personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), han muerto en Zimbabue en los últimos meses por la epidemia de cólera que ha afectado a más de 40.000 personas, mientras 5,5 millones de sus 12 millones de habitantes necesitarán ayuda alimentaria internacional este año, debido a la falta de comida.

La crisis económica no tiene precedentes en el país, donde faltan las mercancías esenciales, el desempleo supera el 80 por ciento y ha batido todas las marcas de inflación, hasta el punto de imprimir billetes de 100 billones (100.000.000.000.000) en moneda local, que ha perdido totalmente su valor y ha sido sustituida por divisas extranjeras.