¿Tienes frío? Nada mejor que un chocolate caliente

MADRID.-  Aseguran quienes se dedican al negocio que la tradición de echar la tarde alrededor de un chocolate con churros parece caer en desuso. Sin embargo, basta echar un vistazo a las chocolaterías repartidas por toda la ciudad para comprobar que esta costumbre sigue siendo un buen plan para las tardes de frío.

dags1974 (Flickr)

No hay invierno sin chocolate caliente, al menos el madrileño. Ya lo dice el refrán: "Las cosas claras y el chocolate espeso". Y es que pocas propuestas invernales despertarán tanta unanimidad como ésta. El chocolate (y su  inseparable muletilla 'con churros') ostenta con orgullo el ser la bebida caliente más castiza, y las chocolaterías se llenan hasta la bandera cuando el frío deja lugar para pocos paseos. Fecha clave del calendario es el 1 de enero (probablemente el día con más tradiciones por minuto del año), cuando las horas de fiesta acumuladas nos piden a gritos el último capricho de la noche antes de invertir el primer día del año en dormir.

Muchos son los motivos por los que caer en la tentación. Hay quien habla de sus beneficios para la salud, otros prefieren el enfoque afrodisíaco... pero, sobre todo, porque es un placer.

Cinco razones históricas para tomar chocolate

1. El chocolate llegó a España en forma de bebida, cuando Hernán Cortés la presentó ante la realeza en 1529. Hubo que esperar tres siglos para que los ingleses decidieran darle consistencia sólida.
2. En el siglo XVII se convirtió en la bebida de moda, y lo más habitual en la época era mezclarla con leche, vino o cerveza.
3. La sangre de la mítica escena de la ducha en Psicosis no es salsa de tomate, sino jarabe de chocolate. Hitchcock pensó que su densidad se asemejaba más a la sangre y, al rodar en blanco y negro, no se apreciaría el color.
4. Los aztecas tenían prohibida la ingesta de chocolate a las mujeres por sus capacidades afrodisíacas al contener feniletilamina. De hecho, el emperador azteca Moctezuma II lo consideraba la viagra de su época y bebía 50 tazas al día.
5. Para los franceses el chocolate era una droga nociva, motivo por el cual tuvieron que esperar hasta que la Facultad de Medicina de París diera su aprobación.

Chocolaterías en Madrid

Hablando de chocolaterías madrileñas, el cabeza de lista no podía ser otra. San Ginés (Pasadizo de San Ginés, 5) lleva sirviendo el capricho dulce más castizo desde 1894. Escondido en su callejón en pleno centro de la ciudad, este espacio mítico como pocos puede presumir de haber sobrevivido a todas las modas gastronómicas y seguir llenando su reducido espacio hasta las 7 de la mañana todos los días.

No muy lejos de allí, la chocolatería San Miguel (Plaza del Conde Miranda, 4) también cuenta con el honor de haber endulzado muchas tardes a sus vecinos, y es que éstos además ofrecen la posibilidad de llevarte el encargo a casa.

Pese a sus más de 2.000 años de existencia, el chocolate se reinventa cada día, y prueba de ello son los nuevos conceptos que plantean algunas tiendas especializadas en Madrid. Es el caso de Chocolate Factory (Zurbarán, 17). Algo similar ocurre con Xocoa (General Díez Porler, 15) o Sampaca (Orellana, 4). Quizás los churros no sean su fuerte, pero a la hora de 'experimentar' son los primeros.

Si aún no te has convencido, aquí viene el apoyo científico: beber chocolate ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares porque contiene quercitina y también puede reducir el colesterol hasta un 30% y el nivel de triglicéridos hasta un 40%. Eso sí, como siempre, consumido con moderación. ¿Te animas?