El local de Mingo sigue en pie tras pedir su inclusión en el plan de Gobierno

Ajo.-  El chiringuito que Domingo Herrero, "Mingo", regenta en la playa de Ajo (Bareyo), y sobre el que pesa una orden firme de derribo, no ha sido derruido hoy, después de que se haya pedido al Gobierno cántabro que explique si esa instalación podría incluirse en su plan para viviendas con sentencias de demolición.

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(EFE)

Domingo Herrero, "Mingo", propietario de un "chiringuito" en la playa de Ajo (Bareyo), y sobre el que pesa una orden firme de derribo; junto a las caja apiladas con sus enseres esta mañana, esperando una posible ejecución de la sentencia.

El ambiente hoy, en las cercanías del local, estaba mucho más calmado que hace mes y medio, cuando las palas excavadoras acudieron por primera vez hasta la playa de Cuberris para ejecutar el fallo y demoler el chiringuito, una operación que finalmente quedó aplazada. Hoy no había ninguna máquina en las inmediaciones.

No obstante, decenas de personas sí han permanecido desde primera hora en el chiringuito, para apoyar a Mingo y ante el temor de un posible regreso de las excavadoras.

Incluso el propietario del bar aseguraba que desconocía si el derribo se iba a ejecutar hoy, porque "nadie ha dicho nada". De hecho, dentro del restaurante todavía hay cajas con objetos personales, preparadas para un traslado.

La defensa de Mingo ha solicitado, a través de un escrito a la Consejería de Ordenación del Territorio y Urbanismo del Gobierno de Cantabria, que preside José María Mazón, que dé una respuesta a la posible incorporación de esta instalación al plan que este departamento elaboró para resolver la situación de los afectados con viviendas con sentencias de derribo en la región.

En concreto, se solicita que la Consejería, mediante sus servicios jurídicos, informe sobre la posibilidad de que el chiringuito pueda incluirse entre las construcciones susceptibles de legalización.

Según ha explicado a Efe el abogado de Mingo, Aurelio Calvo, en el escrito se alega que el local de Mingo tiene todos los permisos municipales de obra y de apertura del bar-restaurante, firmados por el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, cuando era consejero de Obras Públicas.

El abogado ha indicado que se trata de un último recurso para tratar de evitar la demolición y hacer todo lo posible para resolver la situación del establecimiento.

El propio Ayuntamiento de Bareyo, que preside el regionalista José de la Hoz, acordó en pleno solicitar por su parte al Gobierno regional, a través de la Consejería de Obras Públicas, Ordenación del Territorio, Vivienda y Urbanismo, que se incluya el chiringuito en el plan elaborado a instancias del Parlamento para dar solución a los derribos.

Además, la defensa de Mingo ha registrado otro escrito ante el Juzgado Contencioso Administrativo número 3 de Santander, para pedir la no ejecución de la sentencia que obliga a la demolición.

Sin embargo, el propio Mingo reconoce que "las esperanzas son pocas" y dice que está "mentalizado" ante una posible demolición del inmueble que ha sido su negocio y su casa en los últimos ocho años.

De hecho, desde que el pasado 24 de noviembre, cuando las palas excavadoras acudieron a Ajo para demoler el chiringuito, Mingo ha estado empaquetando enseres y trasladando sus efectos personales a una cuadra que le ha cedido temporalmente un vecino.

El dueño del chiringuito no se cansa de repetir su agradecimiento a los vecinos, clientes y amigos que en todo este tiempo, desde que se difundió la noticia del derribo del local, le han mostrado su apoyo.

"Éste es el único servicio que hay en esta playa, soy el padre de todos (los clientes) y nunca les he negado nada", ha señalado a Efe Mingo.

El propietario insiste en que no se explica "cómo se ha llegado a esta situación", porque tanto la obra como el nuevo establecimiento, en donde lleva desde 2000, contaban con todas las autorizaciones. "Si yo no tengo los permisos, no hago nada", recalca.