Corea del Sur y Japón, unidos contra la crisis y el problema nuclear

Seúl.-  Corea del Sur y Japón dejaron hoy de lado sus disputas territoriales y establecieron como prioridades para este año el avance en la desnuclearización norcoreana y la lucha contra la crisis económica mundial.

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(EFE)

El primer ministro japonés, Taro Aso (i), y el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, conversan durante su reunión mantenida en el palacio presidencial de Seúl (Corea del Sur), hoy, 12 de enero. Aso se encuentra de visita oficial durante dos días en la capital surcoreana.

El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, y el primer ministro japonés, Taro Aso, se reunieron hoy por primera vez en Seúl, en una cumbre que confirma una relación más madura y de confianza entre ambos países.

La llamada "diplomacia de lanzadera" entre Japón y Corea del Sur, que se reanudó a partir de la toma de posesión en febrero de Lee y se confirmó con una visita de éste a Tokio en abril, consiste en el impulso de sus relaciones bilaterales a partir de visitas recíprocas anuales entre sus respectivos líderes.

Los dos mandatarios reafirmaron hoy su compromiso de impulsar la desnuclearización norcoreana mediante la reunión a seis bandas y de ayudar de manera activa a la recuperación de la crisis económica global.

Sin embargo, no aprovecharon esta ocasión para solucionar sus rencillas territoriales con respecto a la soberanía sobre las islas conocidas como Dokdo en Corea del Sur y como Takeshima en Japón, a las que ni siquiera aludieron en su comunicado conjunto.

"Los dos líderes acordamos cooperar con paciencia y conjuntamente para llevar a cabo la desnuclearización norcoreana mediante el diálogo a seis bandas", afirmó Lee en la rueda de prensa celebrada al término de la cumbre en Seúl.

Corea del Sur y Japón forman parte del proceso de negociaciones a seis bandas, junto a EEUU, China, Rusia y Corea del Norte, que tiene el objetivo de buscar una solución pactada al problema nuclear norcoreano.

El primer ministro japonés, por su parte, recordó la importancia para su país de la cuestión de los secuestros de ciudadanos japoneses en las décadas de los 70 y 80 por el régimen norcoreano, y agradeció el apoyo de Lee a este respecto.

Los dos mandatarios, procedentes de entornos empresariales, destacaron además la lucha contra la crisis global como una de sus prioridades inmediatas.

Lee y Aso coincidieron así en la necesidad de que Asia juegue un papel importante en la recuperación de la economía mundial y se comprometieron a impedir que se genere proteccionismo a raíz de las turbulencias económicas.

Los dos acordaron participar activamente en la reforma del sistema financiero mundial con vistas a la cumbre en Londres del G-20, que se celebrará en abril.

Aso, que viajaba por primera vez a Corea del Sur desde que asumió el cargo en septiembre del año pasado, es el primer mandatario nipón que visita Seúl acompañado de un grupo de importantes empresarios de su país.

En este sentido, ambos líderes se comprometieron a fomentar el establecimiento en Corea del Sur de un mayor número de empresas japonesas, especialmente en la industria de componentes y materiales.

Acordaron además ampliar los intercambios comerciales y de información entre las pequeñas y medianas empresas de ambos países, así como entre las generaciones de jóvenes japoneses y surcoreanos.

Asimismo confirmaron su participación conjunta en la reconstrucción de Afganistán y dijeron que participarán activamente en los asuntos internacionales.

La cumbre sirvió además para dar un nuevo impulso a la posibilidad de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Corea del Sur y Japón.

Así, acordaron la convocatoria de una reunión de trabajo sobre este acuerdo económico, cuya negociación quedó suspendida en 2004 debido a la preocupación de los surcoreanos de que el trato supusiera un déficit comercial para ellos.

El presidente surcoreano, por su parte, confirmó que realizará este año una visita a Japón.

La cumbre en conjunto se presentó como una señal de la recuperación de las relaciones de los dos países, marcadas por el recuerdo histórico de la invasión japonesa a la península coreana en la primera mitad del siglo XX.

No obstante, expertos locales consideran una cierta debilidad en las relaciones de los dos países, que según ellos podrían verse deterioradas en cualquier momento debido a las rencillas históricas y las disputas territoriales.