EE.UU. gestionó mal contratos de seguridad privada en Irak, según una investigación

Washington.-  Estados Unidos gestionó "mal" la supervisión y la ejecución de contratos por casi 2.000 millones de dólares que concedió en 2005 a Blackwater y a otras dos empresas de seguridad privada en Irak, según una investigación interna publicada hoy.

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(EFE)

La investigación critica la ausencia de evaluaciones o análisis para determinar las necesidades del servicio de protección de personal en Irak. EFE/Archivo

El informe, elaborado por el inspector general del Departamento de Estado, señaló que el Gobierno ha sido "altamente eficaz" cuando se ha tratado de garantizar la seguridad a su personal en Irak.

Sin embargo, no ha aplicado una estructura "enérgica" de control que asegure una supervisión correcta de los contratos, agregó.

La investigación critica también la ausencia de evaluaciones o análisis para determinar las necesidades del servicio de protección de personal en Irak.

Esto incluye el número de agentes de seguridad que se requiere destinar allí, dónde deben estar destacados o el nivel y la forma de protección que se debe dar según el tipo de amenazas que se dan en las distintas localidades.

La Oficina del Inspector General (OIG) citó como ejemplo un caso ocurrido en 2007 Tallil, en el sur de Irak, donde entre 30 y 53 agentes de seguridad de la empresa Triple Canopy pasaron seis meses recluidos en la base aérea sin prestar sus servicios de protección, porque era demasiado peligroso salir de las instalaciones.

También se refiere al hecho de que en enero de 2008, agentes de seguridad privada de la misma firma efectuaron únicamente cinco misiones de protección en Basora, y a finales de septiembre todavía había 113 especialistas destacados allí.

Otro ejemplo es la oficina regional de la embajada en Kirkuk, "básicamente desocupada", donde en agosto de 2008 un total de 14 agentes de la compañía DynCorp fueron asignados para la protección de un solo diplomático del departamento de Estado.

Igualmente, el informe reprochó a la embajada en Bagdad por permitir que los contratistas gestionen y controlen equipos proporcionados por el Gobierno, lo que "podría violar la normativa federal sobre adquisiciones.

Esta práctica representa una "mala" gestión, indicó el inspector general, Harold W. Geisel, quien subrayó que este arreglo es "particularmente inquietante", porque el personal de Blackwater inspecciona su propia empresa" en Irak.

El informe señaló que en Washington, donde se gestionan las concesiones, ha habido seis diferentes funcionarios responsables de supervisar los contratos de las tres empresas de seguridad privada desde julio de 2004, a lo que se suma la falta de personal para administrar de manera eficaz los contratos.

Por ello, el departamento de Estado depende de otra oficina, que a su vez también carece de suficiente personal para esta tarea.

Según el informe, otra muestra de la deficiente gestión de los contratos por parte del Gobierno es que, debido a estos problemas, ha sido incapaz de verificar las facturas y las horas trabajadas por los agentes en Irak, por lo que no se sabe si han incurrido en costes laborales injustificados.

Este informe es el segundo de varios que el inspector publica sobre la gestión del Gobierno acerca de las concesiones otorgadas a las empresas de seguridad privada en Irak.