Poder y periodismo

El diario El Mundo publicó el pasado domingo su habitual ranking con los españoles más poderosos del año. Un trabajo serio, científico y equilibrado que yo no dudaría en calificar de impecable. Todo está en su sitio: Pedro J. en el puesto número nueve, Jiménez Losantos en el quince, Fernández Galiano en el 49, Agatha Ruiz de la Prada en el 88, Casimiro García-Abadillo en el 92... Tengo que reconocer, sin embargo, que me sorprendió la presencia de Juan José Güemes, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, en la cumbre del Top 20 de Madrid. Y me sorprendió, sobre todo, por el texto que acompañaba la foto del sonriente político: "Manuel Lamela, su antecesor en el cargo, tuvo que hacer frente al polémico asunto de las supuestas sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa de Leganés". Firma el perfil A.R.C.

(EFE)

¿Güemes entre los más poderosos?

¿"Supuestas sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa de Leganés"? A.R.C. se equivoca, supongo que de manera absolutamente consciente. Hace ahora exactamente un año, la Audiencia Provincial de Madrid ratificó en un auto "el sobreseimiento y archivo del caso de las presuntas sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa de Leganés", y ordenó "que se suprimiese toda referencia a la posible mala práctica de los médicos denunciados".

"Güemes tampoco lo ha tenido fácil y ha sufrido un gran acoso por parte de sus detractores", continúa A.R.C., que lamentablemente no incluye en su obsequioso perfil la frase más brillante del actual consejero de Sanidad de Madrid, pronunciada precisamente sobre el caso Leganés: "Que no haya podido probarse no significa que no hubiese mala praxis".

Cuando tu suegro se llama Carlos Fabra, y además de haberle tocado la lotería en múltiples ocasiones está imputado por tráfico de influencias, cohecho y fraude fiscal, comprendo que resulte difícil creer en la presunción de inocencia. Y que se considere normal exigir pruebas imposibles, las famosas 'pruebas inquisitoriales' que justificaban la quema de brujas en el Medievo. "Yo no puedo demostrar que usted sea una hechicera, pero... ¿puede usted demostrar que no lo es? ¿No? Pues entonces, a la hoguera".

Desde este modesto blog, y aprovechando la excelente relación que mantenemos desde los viejos tiempos, me gustaría pedir un favor a quienes desde El Mundo organizan este ranking con los españoles más poderosos del año. Añadan para el 2009 una nueva lista: los españoles más hipócritas. Arrasarían. Podrían incluir a políticos sin escrúpulos y a periodistas en descomposición.

Alguien podría pensar que el Dios de los periodistas ha castigado a El Mundo, por publicar ese mamporrero texto sobre Güemes, prohibiendo la emisión en Telecinco del reportaje 'El precio del paraíso', producido por El Mundo TV. Pero no es así. Fue alguien mucho más terrenal, la juez de guardia del juzgado de instrucción número siete de Madrid, quién paralizó la emisión del invento, previsto para la noche del pasado martes. El programa suspendido cuenta la supuesta historia real de una chica llamada Marta Chamorro que, para asegurarse el futuro, intenta cazar a un ricachón utilizando el sexo. Una versión de 'Sin tetas no hay paraíso', para que ustedes me entiendan.

La imprescindible web vertele.com explica que en el contrato con la protagonista del reportaje "se especificaba que la joven explicaría de forma libre, voluntaria y personal sus vivencias, sin ningún tipo de guión", según señalan los responsables de la productora. Paradójicamente, Marta Chamorro solicitó las medidas cautelares ante la inminencia de la difusión del reportaje alegando "que interpretaba un papel, siguiendo un guión".

Los mundos del reporterismo y la interpretación, de la información y la ficción, de la televisión y la patraña, más cerca que nunca gracias a un nuevo enredo perpetrado en nombre de un concepto tan utilizado, manipulado y desprestigiado como el de 'periodismo de investigación'.

P.D. Un futbolista con vida interior: Kanouté, el delantero del Sevilla, tras marcar anoche un gol al Depor se levantó la camiseta para enseñar un texto de apoyo a Palestina. Para aquellos que en los comentarios de los últimos post justifican la actitud de Israel, un texto de Mónica G. Prieto (en El Mundo también hay periodistas) que desmonta tópicos sobre Gaza.

Un motivo para no ver la televisión.

The Stooges
Cd: Fun House.
Rhino / Warner.

"No creemos que haya nada ilegal", dijo la policía al descubrir el cadáver de Ron Asheton en el suelo de su casa de Michigan. El guitarrista, de 60 años, se hubiese descojonado con el comentario. No era un delincuente. Era una leyenda. Un punk rocker auténtico, un guitarrista irrepetible: sus riffs todopoderosos ya forman parte de la historia del mejor rock and roll.

Asheton fundó The Stooges en 1967 junto a su hermano Scott en la batería, el vocalista Iggy Pop y el bajista Dave Alexander. Juntos sembraron la semilla del punk rock, y registraron discos tan impresionantes como este 'Fun House' o 'Raw Power' y 'The Stooges'. Tres obras maestras, absolutamente atemporales, que cuatro décadas después siguen sonando como auténticos cañonazos.

Tras abandonar a los Stooges en 1973, Asheton formó parte de bandas como The New Order, Destroy All Monsters o New Race. Hace dos años se reunió de nuevo con Iggy Pop y grabó el que será último disco con el alma de los Stooges: 'The Weirdness'.

Considerado por la revista norteamericana Rolling Stone uno de los 30 mejores guitarristas de la historia del rock, el guitarrista que sacaba chispas de las seis cuerdas dejó su sello en maravillas como 'No Fun', 'Down by the Street' y 'I Wanna Be Your Dog'. No creo que sea ilegal que el bueno de Asheton descanse en paz tras montar tanto escándalo...