Despiden el año reclamando la conservación del río Bullaque y el fin de la crisis

Ciudad Real.-  Los atrevidos vecinos del municipio ciudadrealeño de El Robledo, acompañados de otros osados paisanos llegados de distintos puntos del país, han despedido hoy el año 2008 bañándose en las gélidas aguas del río Bullaque para reclamar por su conservación ambiental y, de paso, el fin de la crisis económica.

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(EFE)

Los vecinos de El Robledo (Ciudad Real), municipio situado junto al Parque Nacional de Cabañeros, despiden el año 2008 con un baño en las gélidas aguas del río Bullaque, para recordar su compromiso por la conservación de su entorno natural.

Como cada año el día de San Silvestre, un grupo de treinta personas, entre niños, adultos y mayores, no han faltado a la cita de sumergirse en las frías aguas del río Bullaque para llamar la atención de la sociedad sobre el papel importante que este cauce fluvial ha jugado históricamente en las vidas de los municipios ribereños.

La iniciativa viene repitiéndose desde el año 1995 cuando uno pequeño grupo de amigos de este municipio ribereño, situado en las proximidades del Parque Nacional de Cabañeros, prometieron bañarse el primer invierno que el agua volviera a correr por el río tras las persistentes sequías de los años 90, hecho que ocurrió en 1995.

La propuesta cobró carácter reivindicativo ese mismo año, cuando a ella se sumaron los integrantes de la Plataforma en Defensa del Río Bullaque que con anterioridad venía oponiéndose a un proyecto de trasvasar agua desde el pantano de Torre de Abraham al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel.

Todos juntos acabaron desafiando las bajas temperaturas invernales para zambullirse con el único objetivo de evitar cualquier proyecto que pudiera hacer peligrar el futuro del río, indispensable para garantizar el desarrollo económico de los municipios ribereños que, desde siempre, han basado en gran medida, su futuro entorno a la cultura del río.

En todos estos años, como explicaban los hermanos Gabriel y Maria Teresa García Villajos, dos de las personas que se bañaron y que pusieron de manifiesto que el río Bullaque da sentido a la vida de los municipios del Valle del Bullaque, porque que ha sido el pasado, es el presente y debe ser el futuro de estos pueblos.

Gabriel ha comentado que los pueblos ribereños "viven del turismo y de las huertas tradicionales que se perderían si el río no lleva agua".

Éste joven robledano ironizó que otro de los motivos que le habían llevado a bañarse es el poder "disfrutar del caldo caliente" que ofrece el Ayuntamiento a quién se zambulle en el agua tras el baño.

Otro de los bañistas, Manuel Ballesta, ha comentado que se ha animado a lanzarse al agua como un acto festivo, pero se ha atrevido a pedir varios deseos, han atrevido a pedir varios deseos, "tener salud y que acabe la crisis económica".

Éste llegó a asegurar que si la crisis económica remite durante 2009, el año que viene, volverá a despedir el año bañándose en el río.

Entre la veintena de personas que se bañaron destacó la presencia de Martina Alonso, una mujer de 64 años de edad y la de Valentín Ortega Ormeño, un niño de 12 años que como él mismo explicaba, se bañó para que el "río nunca se seque más", como dijo, le había contado su tía ocurrió a principio de los años 90.

Quién evitó zambullirse en el agua fue el alcalde de El Robledo, Luis Navas, quién aseguró con un sonrisa entre los labios que "un resfriado me ha dejado en casa toda la semana y no era aconsejable bañarme", una justificación que a nadie se le escapó, sonaba a clara excusa.

Tras el baño, una comida y un baile popular completaron una jornada con la que los vecinos de El Robledo despidieron el año.

El río Bullaque nace en los límites del parque Nacional de Cabañeros y a lo largo de más de 102 kilómetros discurre hasta su desembocadura con el río Guadiana en Luciana.