BANGALORE (LA INDIA).- Cada año por estas mismas fechas los veo, así que me he dicho '¡De este no pasa!' Por fin he decidido averiguar quiénes son todos esos señores que van vestidos de negro y descalzos. Si viajas a la India ahora verás a muchos, ya que suelen aparecen durante los meses de noviembre, diciembre y enero.
Entonces pienso, 'voy a llamar a Bushn', el conductor de rickshaw que uso habitualmente, y justo me invita a su casa porque su mujer acaba de tener un bebé, un niño. Él mismo va de negro, así que por el camino le acribillo a preguntas. Resulta que estos señores no están de luto ni les encanta el color negro… Resulta que estos señores son peregrinos o swamis(*) que ofrecen su sacrificio al dios Ayyappa para que les augure un buen año, les dé buena suerte y les quite los malos hábitos.
El atuendo es pantalones o lungui (*) y camisa negros con pañuelo al cuello, también negro. Su frente está tiznada de polvo rojo y amarillo y de su cuello cuelga una rudraksha malla o collar de rudras propiamente bendecido por un sacerdote hindú al comienzo de la peregrinación. Prohibido llevar zapatos, comer carne, beber alcohol, afeitarse, tener pensamientos impuros o fumar. Permitido dormir en el suelo, ducharse con agua fría y rezar, ya sea en casa o en el templo.
Los objetivos son varios: recuperar la espiritualidad que se ha perdido (¡incluso en la India!); cumplir algún deseo que requiere un duro sacrificio; quitarse los malos hábitos adquiridos durante el año; o aprender a valerse por sí solo ya que el contacto con la esposa también se prohíbe para evitar 'tentaciones impuras' así que… hasta han de cocinarse ellos mismos.
Teniendo en cuenta que para la mayoría de la juventud mundial las procesiones han pasado al cajón de sastre de la Historia, de nuevo en la India se hace presente esa tradición de origen ancestral que caracteriza muchos de sus rincones, recogiendo en este caso el valor del sacrificio ante las fuerzas divinas.
Ayyappa es comúnmente conocido como 'el dios de problemas', le encanta hacer líos a la gente y atraer la mala suerte, así que como dice el refrán 'Si no puedes con el enemigo, únete a él', y muchos de los hindúes dedican algo más de un mes a este travieso personaje para que no les meta en ningún apuro durante el año que comienza.
Son 41 días de peregrinación en los que los Ayyappas swamis han de hacer dos pujas diarias previa ducha de agua fría, siendo la primera antes de salir el sol y la segunda al atardecer, ir al templo regularmente dando las consecuentes ofrendas a los dioses: cocos, flores, inciensos…, no tener pensamientos impuros, no mirar ni hablar a una mujer más de lo debido, no se pueden decir palabrotas, ¡ni siquiera ir al cine! Han de ser 41 días de total sacrificio para conseguir la pureza espiritual más elevada. Y mientras tienen todo esto en mente, continúan con su vida normal trabajando, llevando los niños a la escuela, hablando por el móvil...
La peregrinación termina en el Templo de Ayyappa Sabarimala, situado en el estado de Kerala, al sur de India. Cualquier swami, proceda de donde proceda, ha de terminar allí preferiblemente hacia el 14 de enero, el día más propicio para ver al propio Dios, que se aparece como una luz en el cielo en el festival de Sankranthi. Así que los Ayyappa Swamis han de hacer los cálculos exactos para ponerse de peregrinación a tiempo y no llegar tarde al evento. El festival dura siete días, al final de los cuales los swamis habrán alcanzado un gran regocijo, elevación espiritual, prosperidad y cumplimiento de sus deseos. Y si consigues hacer esta peregrinación durante cinco años consecutivos, ¡te conviertes en un gurú!
En fin, que no se puede terminar mejor, ¿no? Yo me voy a plantear hacerlo porque resulta que las mujeres también podemos, aunque según me han informado he de esperar a estar menopáusica para no molestar al dios con la menstruación, días en los que, según el hinduismo, las mujeres permanecemos impuras.
* Swami: apodo que pasan a tener los peregrinos durante la ofrenda.
* Lungui: pareo típico que llevan los hombres en India en su tiempo libre.
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