Reale Ademar recupera la senda de los títulos después de cuatro años

León.-  El Reale Ademar fundado en 1956 y cuyo nombre parte de las siglas de ex-alumnos del Colegio Hermanos Maristas de León -que aún hoy es la cuna de su cantera- ha recuperado la senda de los títulos, logrando el sexto y su segunda Copa ASOBAL, después de cuatro años de "sequía".

Hasta 1981 el equipo leonés no consiguió alcanzar la máxima categoría, entonces la División de Honor, aunque su paso fuera efímero, al igual que le ocurriera pocos años después, y tuvo que ser en 1994 cuando recuperara su posición en la ahora denominada Liga ASOBAL.

Fue en esa campaña cuando se gestó su trayectoria futura, al llegar a la directiva antiguos jugadores, con Juan Arias a la cabeza, que pudieron salvar al equipo del descenso ante la desaparición del Juventud Alcalá y Alzira, poniendo entonces el equipo en manos del leonés Manolo Cadenas.

Con el de Valdevimbre al frente se cuajó una década brillante, en continuo ascenso, siendo habitual su presencia en competiciones europeas, aunque no sería hasta la campaña 98-99 cuando se logró el primer título, precisamente una Copa ASOBAL en Zaragoza tras derrotar en la final al FC Barcelona.

Ese mismo año se adornaría el palmarés con su primera Recopa de Europa tras derrotar en la final al desaparecido Caja Cantabria, como preámbulo del gran éxito conquistando la Liga en 2000-01, para una temporada después levantar en Torrevieja la única Copa del Rey que luce en sus vitrinas al derrotar al Ciudad Real.

Hubo que esperar un tiempo para volver a levantar un trofeo, el quinto, con una nueva Recopa, tras vencer en los dos encuentros de la final al Zagreb, lo que supuso la despedida de uno de los estandartes del equipo, el extremo internacional leonés Juanín García que puso rumbo a Barcelona.

Ese mismo sería el destino poco tiempo después de su técnico, hasta entonces talismán, Manolo Cadenas, al que hoy precisamente arrebataban la posibilidad de conseguir el segundo título de la temporada con los azulgranas, tras la Supercopa de España lograda frente al Ciudad Real.

La llegada del catalán Jordi Ribera, cuando aún compatibilizaba su función con la de preparador del equipo olímpico brasileño -que disputó el pasado verano los Juegos de Pekín-, suponía una apuesta arriesgada, pero de inmediato fructificó con el éxito, ya que al finalizar la pasada campaña la directiva decidía ampliarle el contrato por dos temporadas más a la que aún le restaba.