38 fotos de Magnum para contar la Revolución cubana

LONDRES.-  La célebre foto del Che Guevara fumando un habano, con la mirada entre desafiante y seductora, serio y seguro de sí mismo, te saluda. Es la imagen central de la exhibición londinense con la que la agencia Magnum quiere enmarcar el 50 aniversario de la Revolución Cubana, que se cumple el próximo 1 de enero.

Daniel Postico

La instantánea la captó René Burri, famoso fotoperiodista de la agencia, en el año 1963, en el despacho del Che, cuando éste era ministro de Industria. Hoy es una de las 38 fotos que conforman la colección 'Cuba: 50 years of Revolution'.

Las fotos se pueden ver hasta el 30 de enero, en una sala de la sede que la agencia tiene en Londres, distribuidas como por descuido por un espacio lleno de trastos viejos y de otras fotos, en medio de estanterías con libros, sillas, mesas, pantallas de ordenador y paquetes por enviar. Algunas de las imágenes penden de la pared, otras se apoyan sobre mesas, no hay pies de fotos que las describan ni luces que las enfoquen.

La primera foto es la del fotoperiodista norteamericano Burt Glinn celebrando el triunfo de la Revolución con un fusil levantado y dos leicas colgadas del cuello. La última, suspendida detrás de la mesa de recepción, es la imagen de la entrada enrejada de la prisión de Guantánamo con el cartel de 'No Photography'.

D. P.

El resto de imágenes parecen desordenadas en el tiempo y en el espacio, como dejadas allí deprisa y corriendo, aunque cuando uno empieza a mirarlas se da cuenta de que le están contando una historia, o muchas historias, que acaban conformando la historia de Cuba de los últimos 50 años. Son imágenes arrancadas del día a día, retratos de gente, de cubanos, de sus obsesiones y sus sueños, rutinas, costumbres, imágenes únicas en cualquier caso, testimonios extraordinarios.

Glinn inmortalizó con su cámara la entrada de Fidel y sus soldados en La Habana después de derrocar al régimen del dictador Fulgencio Bautista en 1959. Suya es la seductora imagen del guerrillero que, con el fusil apoyado en el hombro, mantiene una relajada conversación con una mujer en una calle de La Habana.

Llaman también la atención las rítmicas composiciones a color de Alex Webb, o el retrato que hizo en 1954 Eve Arnold, la primera mujer de la agencia, de la tristeza de una prostituta sentada, como derrotada, ante una botella medio vacía de cerveza en un burdel, o la partida de ajedrez que captó el propio Burri en un bar de La Habana con un vivo retrato de Fidel de fondo.

La muestra abarca desde la victoria de la Revolución hasta fotografías contemporáneas de La Habana cayéndose a pedazos, sobreviviendo, degenerando, y fotos inéditas del fotógrafo húngaro Andrew St George de Fidel y el Che durante el congreso de la Confederación de Trabajadores de Cuba de 1960.

La muestra es más bien minoritaria y selecta, sin afluencia masiva de público. Uno de los que se han acercado a verla es un cubano que consiguió salir de la isla hace cinco años. El hombre, de 36 años, sigue el recorrido en el sentido inverso al sugerido. Le acompaña su novia. Ella es inglesa, aunque entre ellos hablan español. Él le va explicando las fotos y, sin querer, le cuenta la historia de Cuba, al menos la historia que le contaron a él.

D. P.

"Mira esta foto", le dice a su novia, señalando una imagen de Elliott Erwitt de 1964 en la que aparece el Che, de perfil, fumando un Habano y mirando al mismo lugar al que parece observar un hombre en un retrato, también de perfil, detrás del Che. "El de detrás del Ché es Julio Antonio Mella, el fundador del Partido Comunista de Cuba, fue asesinado por el primer dictador que tuvimos [dice en referencia a Gerardo Machado]. Mella fue el ideólogo de la Revolución". Luego le habla del carisma del Che, convertido en icono tras su muerte y cuya imagen aparece impresa en unas gorras que se venden como souvenirs en Cuba y que recoge otra de las instantáneas.

El cubano sigue el recorrido por la sala. Se detiene ante los fieles guerrilleros que escuchan unos de los infinitos discursos de Fidel y luego ante las hojas de contacto (Elliott Erwitt, 1964) del Ché y de Fidel, de singular valor. Sus recuerdos perecen avivarse, como si se acordara de las cosas a medida que las dijera. Su voz suena cada vez más vibrante y más rápida.

Fidel con la camiseta del equipo de béisbol de 'Los Barbudos', Fidel en una cena, el Che serio, el Che sonriendo… Poco a poco las figuras del Che y de Fidel se van apoderando de la discreta sala.

"Echo de menos alguna foto de Camilo —confiesa el cubano—. Él [Camilo Cienfuegos] era el que tenía menos formación pero era el más inteligente, el más querido por el pueblo, en la calle la gente aún dice la famosa pregunta que siempre le hacía Fidel a Camilo antes de tomar una decisión. '¿Voy bien Camilo?' A lo que Camilo respondía 'vas bien Fidel"

Luego se fija en la dramática foto de una balsa que huye de Cuba hacia Florida y en la que no caben todos los que van adentro. "No lo conseguirán". El Malecón sacudido por una tormenta tropical, dos bailarines de Tropicana, unos niños inventándose una partida de béisbol en la calle, un vehículo escacharrado aparcado en una calle de La Habana entre luces y sombras…

"Los cubanos son los mejores mecánicos del mundo", confiesa el cubano. "Sólo ellos pueden seguir haciendo funcionar un coche que hace 50 años ya no funcionaba".

Para saber más

• Web de la agencia Magnun sobre la exposición (incluye algunas de las imágenes).