Expertos recomiendan medidas políticas y militares para evitar más genocidios

Naciones Unidas.-  Los ex secretarios de Estado de EE.UU. Madeleine Albright y de Defensa William Cohen presentaron hoy ante la ONU un informe en el que proponen a su país la adopción de nuevos mecanismos políticos y militares para evitar que se repitan genocidios como el de Ruanda y Darfur.

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(EFE)

El ex jefe del Pentágono William Cohen señaló que "vivimos en un mundo que se ha hecho pequeño, en el que todos corremos riesgos, y esos riesgos aumentan si permitimos la desintegración de los países".

El documento recoge las recomendaciones planteadas a Washington por un grupo de expertos estadounidenses sobre cómo intervenir con eficacia para evitar que situaciones políticas inestables degeneren en atrocidades y asesinatos en masa.

Su presentación en la sede de la ONU coincide con la conmemoración hoy del 60 aniversario de la Convención Internacional para la Prevención y el Castigo del Genocidio.

"Vivimos en un mundo que se ha hecho pequeño, en el que todos corremos riesgos, y esos riesgos aumentan si permitimos la desintegración de países", apuntó Cohen.

El ex jefe del Pentágono señaló que, a pesar de que el informe contiene recomendaciones para EE.UU. y fue publicado el lunes en Washington, lo presentaron hoy en la sede de Naciones Unidas porque ningún país por sí solo puede evitar la perpetración de un genocidio o intervenir en solitario para detenerlo.

"Es una materia que implica a toda la comunidad internacional y no se puede percibir como algo en lo que interviene solamente el Tío Sam, porque esa percepción generaría resistencia", apuntó.

Según el informe, la prevención de genocidios es, además de una responsabilidad moral, un asunto de interés nacional para EE.UU. que justifica la adopción de medidas concretas como parte de su política exterior.

"Una de las cuestiones más difíciles es cómo persuadir a un país de que ponga a sus hijos e hijas en riesgo en lugares lejanos y situaciones convulsas", señaló.

Entre otras medidas, el grupo de trabajo recomendó tras un año de trabajo la creación de un mecanismo de alto nivel que abarque todas las agencias del Gobierno estadounidense para identificar con anticipación posibles situaciones de genocidio y elaborar respuestas adecuadas.

Propuso la elaboración por parte del aparato militar de posibles medidas para actuar con el fin de prevenir genocidios e incorporarlas a la doctrina de las fuerzas armadas estadounidenses.

También abogó por destinar unos 250 millones de dólares adicionales para responder a la situación de crisis que pueda degenerar en asesinatos masivos.

Albright se mostró confiada en que la próxima administración del presidente electo de EE.UU., Barack Obama, tendrá en cuenta estas recomendaciones a la hora de diseñar su política exterior.

Destacó que Obama y su principal asesora en asuntos exteriores durante la campaña, Susan Rice, expresaron en numerosas ocasiones su convencimiento de que la prevención de atrocidades debe ser una prioridad de la política exterior estadounidense.

Rice, que será la próxima embajadora de EE.UU. ante la ONU, tiene una particular sensibilidad en esta materia, ya que en 1994 pudo comprobar el trágico resultado del genocidio en Ruanda cuando visitó el país como miembro del equipo del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca.

Desde entonces es una firme defensora de la necesidad de intervenir en este tipo de situaciones y ha abogado por utilizar la fuerza para detener el genocidio de Darfur.

En ese sentido, Albright consideró que las medidas propuestas por el informe podrían evitar la pasividad con que la comunidad internacional reaccionó a los acontecimientos en Ruanda.

La ex jefa de la diplomacia, que en ese momento era embajadora ante la ONU, señaló que esa actitud de la comunidad internacional se debió a la escasez de información sobre lo que estaba ocurriendo, la falta de preparación para afrontar una situación de esa naturaleza y la rapidez con la que se desarrollaron los acontecimientos.