Los veterinarios siguen en "guardia" pese al levantamiento de restricciones

Ciudad Rodrigo (Salamanca).-  Las restricciones en el transporte de ovino y bovino para evitar la lengua azul se han levantado hoy, pero los veterinarios no bajan la guardia ante el mosquito Culicoides que transmite la enfermedad.

ampliar foto

(EFE)

La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa.

Según han informado EFE fuentes de la Junta de Castilla y León, la incidencia de este tipo de mosquitos es prácticamente nula con temperaturas bajas, de ahí la autorización de movimientos de animales bovinos y ovinos, que son los afectados por la lengua azul.

Los movimientos están de nuevo autorizados hasta el próximo 30 de marzo, si no existe antes una nueva orden por parte del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino.

En Castilla y León, las zonas más afectadas por la enfermedad, también denominada fiebre catarral, han sido las provincias de Ávila y Salamanca, por su proximidad a Extremadura y a Portugal.

Sin embargo, la presencia del mosquito Culicoides en Asturias y en Cantabria ha obligado también a intensificar las medidas en las provincias de León, Burgos y Palencia, donde también han estado restringidos los movimientos.

El objetivo de la Administración es que en un período relativamente corto las cabañas de vacuno y ovino estén inocuas a esta enfermedad, motivo por el que se han tomado tres medidas.

Estas medidas son la vacunación, la declaración de explotaciones centinelas para vigilar la evolución de la enfermedad a modo de muestreo y la colocación de trampas para atrapar a los mosquitos Culicoides.

Para la vacunación, la Junta ha destinado este año 800.000 euros, con el fin de aplicar dosis para combatir las variantes o serotipos 1, 4 y 8 de la lengua azul.

Para ello, primero se aplica la vacuna propiamente dicha y, posteriormente, se le pone al animal una segunda dosis denominada "revacunación".

Una de las conocidas como explotaciones centinelas está ubicada en el poblado de Ivanrey de la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo, donde además hay colocada una trampa de mosquito Culicoides.

Dos veterinarios de la sección de Ciudad Rodrigo son los encargados de supervisar las trampas, de manera semanal, para ver si han caído o no mosquitos de estas características, cuyas hembras son los que transmiten la enfermedad con su picadura.

La trampa está situada junto a una zona húmeda del río Águeda y consiste en una luz que atrae a los mosquitos y que lleva incorporado un cilindro, por el que caen los insectos hasta llegar a un líquido acuoso del que ya no pueden escapar.

Los insectos que caen en la trampa son analizados para ver cuántos mosquitos hembra Culicoides hay en su interior.

En los últimos doce días no han caídos mosquitos Culicoides, debido a que con el frío la presencia es prácticamente nula, de ahí que a partir de hoy y hasta el 30 de marzo haya libertad de movimientos en toda España de ganado vacuno y ovino, ya que la enfermedad no se transmitirá con tanta probabilidad al no haber presencia de Culicoides.

Estas mismas trampas también están colocadas en una finca con reses de ovino de La Alamedilla (Salamanca), por ser limítrofe con Portugal, y en La Atalaya (Salamanca), por limitar con el norte de Cáceres.

De esta enfermedad, que no tiene zoonosis y no afecta a la cadena alimentaria, se han detectado en 2008 un total de 1.404 focos en España y su llegada se produjo por los vientos que entraron en la Península procedentes de Marruecos, que arrastraban a este tipo de mosquitos.

Sin embargo, en este año también se ha detectado en España la entrada de una variante de esta enfermedad, el serotipo 8, procedente de Francia.

La incidencia en los ovinos de la fiebre catarral es muy virulenta, debilitándolos hasta la muerte en la mayoría de los casos, y mucho más leve en el vacuno.

A pesar de las restricciones de los movimientos pecuarios, existe la posibilidad de trasladar a los animales por España y Portugal, siempre que hayan sido aislados en una nave desinfectada y con telas mosquiteras durante 15 días y con un certificado veterinario que acredite la sanidad del animal.