El presidente de los hosteleros pide licencias más rápidas y normas claras

Madrid.-  El presidente de la Federación Española de Hostelería, José María Rubio, ha reclamado hoy mayor claridad en las normas municipales y autonómicas, y trámites más rápidos, para que los empresarios del sector puedan cumplir con la reglamentación y evitar que les cierren los locales.

"No se trata de saber de leyes, ni de las dificultades que pueda tener un local (para iniciar la actividad), pero está claro que esto tiene que agilizarse y crear normas fáciles y eficientes, y el Ayuntamiento tiene que decir sí o no con mucha más celeridad de lo que lo está haciendo", ha manifestado Rubio.

El máximo responsable de los hosteleros españoles participó hoy con la ponencia "Spain is Different?", dentro del III Simposio de Actividades Lúdicar y Recreativas (SALYR) que organizan los Empresarios por la Calidad del Ocio (ECO) de Madrid sobre el ocio nocturno, en el que debatirán, hoy y mañana, más de medio centenar de expertos nacionales y extranjeros.

Preguntado por el cierre ordenado hoy por el Ayuntamiento de Madrid de los locales Randal y Top Ghat por irregularidades en sus licencias -que se suman a los de Macumba, La Riviera, Moma y But ordenados la semana pasada, días después de clausurar el Balcón de Rosales tras la muerte de Álvaro Ussía-, Rubio ha dicho que "esto, la ciudadanía no lo entiende".

"A mi no me parece bien que hechos tan lamentables (como la muerte de Ussía) sean ahora el motivo del cierre de estos locales, porque, si estaban mal, lo estaban también hace tres semanas", ha señalado.

Rubio asegura que el sector de la hostelería "es el primer interesado en que se reglamenten bien las cosas" y en ese sentido ha pedido que "las reglamentaciones sean sencillas de aplicar y que todo el mundo las entienda para que los empresarios podamos cumplir con lo que diga la ley".

Asimismo, ha manifestado que "ése es el peor problema con el que se puede encontrar un empresario: la inseguridad de no saber, que muchas veces viene arrastrada por un problema burocrático de los propios Ayuntamientos, o de las entidades autonómicas".

En ese sentido, ha añadido que "a nadie le parece normal, por lo menos a nadie con sentido común, que se tarden diez años en dar una licencia".