Luis del Rivero, a la caza de Zapatero

Si como dice uno de los refranes castellano-manchegos más viejos del país, la cara es el espejo del alma, la de Luis del Rivero, el presidente de Sacyr, era esta mañana el espejo de la agonía por la que está pasando su alma estos días.

Chema Moya (EFE)

Pálido, serio, rostro descompuesto y ojeroso ha acudido Luis del Rivero a la conferencia del presidente.

El constructor murciano, el hombre que está en el centro del huracán desde que la semana pasada saltó la historia del interés de la petrolera rusa Lukoil por comprar el 20% de Repsol que Sacyr posee ha dado muestras hoy, una vez más, de lo impulsivo e irreflexivo de su talante. Y también de lo solo que debe de estar.

Del Rivero, que intenta salvar su constructora de la suspensión de pagos —está endeudada en 18.000 millones de euros— , ha acudido al hotel Ritz, corazón económico de la capital esta mañana, cuando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ya había terminado su intervención en la conferencia anual que organiza el semanario 'The Economist'.

Vía Crucis

El constructor murciano ha entrado en la sala durante el turno de preguntas al presidente. Allí había tantos periodistas y cámaras de televisión como empresarios o políticos. En ese momento ha comenzado su 'via crucis'. Para no permanecer de pie mucho tiempo —los cámaras y plumillas ya le habían visto— se ha sentado en la tercera fila por detrás, en la silla de una periodista, que acto seguido le ha comunicado que ése era su sitio. Don Luis se ha tenido que poner de pie y avanzar hacia la quinta fila en busca de otra silla. Para entonces, los flashes de los fotógrafos y la atención del resto de los presentes en el acto, se había desviado para seguir las evoluciones de un Del Rivero pálido, serio, rostro descompuesto y ojeroso.

En esa quinta fila, cuando ya tenía encima a las cámaras, también ha sido requerido por otro plumilla, recordándole que allí tenía sus aparejos de trabajo. Más pálido y harto si cabe, seguido de destellos y más destellos, el otrora poderoso presidente de Sacyr se ha levantado ante más expectación aún y se ha ido a sentar en primera fila. Allí, el presidente Zapatero tenía que verle.

El presidente sólo ha posado la mirada en el constructor murciano un par de veces. Cuando Zapatero se ha referido a los constructores ha mirado hacia su silla. Acabado el acto, perseguido en tropel por la prensa, Del Rivero ha encontrado una cara amiga, la de David Taguas, el ex director de la Oficina Económica del Gobierno en La Moncloa —sustituto de Miguel Sebastián—. Acompañado por Taguas, Del Rivero ha logrado salir del salón del Ritz, donde de nuevo ha vuelto a ser abordado.

Pero don Luis estaba como ido, pendiente de que no se le escapara el presidente, que sólo ha tenido tiempo de saludar a tres empresarios —Pedro López Jiménez (Unión Fenosa), Luis Atienza (Red Eléctrica) y Fernando Conte (Iberia)— mientras cruzaba el hall del Ritz, con una escolta inexpugnable. Luis del Rivero le ha seguido hasta la puerta, donde esperaban los coches presidenciales. No ha podido hablarle. El presidente de Sacyr Vallehermoso, solo, cansado, ha vuelto a marcharse hacia ¿sus oficinas?

Lukoil, una operación muerta

Mientras, por el cuadrilátero del poder de la antigua Villa y Corte de Madrid, esas cuatro esquinas que se extienden desde el Congreso de los Diputados y el Palace —al otro lado del Paseo del Prado— y el Ritz y la Bolsa enfrente, divididos por la estatua de Neptuno, se extendían como la pólvora los rumores sobre la operación de la petrolera Lukoil para entrar en Repsol a través de la compra a Sacyr. Ahora que todos reculaban, que la operación se daba por muerta, se buscaba a quien había parido la idea. ¿Quién fue a buscar a los rusos, quién les dio esperanzas con el Gobierno español?

En el Palace, a las 9 de la mañana había comenzado el "debate" entre David Vegara —secretario de Estado de Economía de Solbes, cada día con más influencia— y el portavoz económico de Rajoy, el ex ministro Cristóbal Montoro. Lo insulso del debate sólo ha tenido un momento de efervescencia con la actualidad, cuando Vegara ha insistido en que sobre la mesa de Economía no había, "nada de nada", que permitiera pensar siquiera que la operación de Lukoil existía.

Susana Vera (REUTERS)

Según algunos medios, el Rey convenció a Zapatero de la operación de Lukoil.

Dos horas después, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, reiteraba, casi con idénticas palabras, la frase de Vegara. Solbes también ha intervenido en las jornadas de 'The Economist', después de que lo hiciera el presidente Zapatero y cuando Del Rivero ya se había marchado.

En el camino entre el Palace y el Ritz había tiempo para interrogar a todos los empresarios y miembros del Gobierno que podían saber algo sobre lo que ya se daba como una operación finiquitada, el intento de Lukoil de entrar en Repsol. Unos decían que la idea había sido del mismísimo presidente de Repsol, Antoni Brufau y su casa de origen, La Caixa, que ahora dirige Isidre Fainé. Pero otra fuente más enterada aún insistía en que "eso ha llegado a La Moncloa" avalado por "instancias superiores", terminología que después ha sido asumida por una persona del Gobierno.

Para esas horas —11 de la mañana— ya corría por el hall del Ritz, del Palace, de la Bolsa y del Congreso la versión de 'El Confidencial', según la cuál la propia Zarzuela ha confirmado que el Rey Juan Carlos ha participado en la operación de Lukoil, convenciendo a Zapatero para que hiciera caso a los rusos.

Abelló, amigo del Rey, accionista de Sacyr

Eso explicaría el apoyo de Zapatero y la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega a un asunto que desde el primer momento pareció descabellado hasta al miembro más apasionado por estas aventuras en el Gobierno, el ministro de Industria, Miguel Sebastián.

¿Que cómo se mete el Rey en estos fregados?, preguntaba ingenuo el periodista a los empresarios enterados. "Se te olvida quiénes son los socios de Luis del Rivero en Sacyr, que están enfadadísimos con él. Juan Abelló y Demetrio Carceller. ¿Te acuerdas de quién es amigo Juan Abelló...?".

Es de sobra sabido que Abelló es uno de los íntimos amigos del Rey, compañero de fin de semana, de charlas y cacerías ante el fuego de las enormes chimeneas de las grandes fincas de caza extremeñas. Pero además, Del Rivero también tiene fuentes muy cercanas al presidente Zapatero. Es el caso de Javier de Paz, uno de los amigos por excelencia del presidente desde que dirigiera las Juventudes Socialistas.

Ahora se ocupa de temas más puntuales y es consejero de Telefónica. "Por eso Luis nunca ha tenido problemas para acceder a Zapatero, ni siquiera cuando Miguel (Sebastián) tomó distancia con él. Javier (de Paz) es menos frío, más amigo de sus amigos y no dejaría tirado a Del Rivero. Le ha facilitado la comunicación con el presidente cuando lo ha necesitado", apunta otro empresario-político muy bien informado y directivo del sector eléctrico.

Pero, tras tanto ir y venir, ¿la operación va a salir? Pues no. A estas horas del mediodía, todo el mundo político y económico enterado da por hecho que el asunto Lukoil ya se ha ido al garete. "¿Pero porque los rusos no son fiables?, ¡qué va! Se va al garete porque no ponen el dinero y, sin soltar pelas —las que necesitan Del Rivero, Botín, Blesa, Brufau, Citigroup...—, aquí no se suelta el 20% de Repsol", según aclara otro empresario del sector energético.

Entonces, ¿qué va a hacer Del Rivero, ese hombre desencajado, con cinco bypass en el corazón? ¿Cómo va a aguantar este empresario que esta mañana atravesaba el Ritz en pos del presidente, con gesto desencajado y patético?

Que La Caixa compre Itínere

"Hay otra solución ya en marcha, que puede ser viable", apunta otra fuente del sector. Que La Caixa le compre a Sacyr, Itínere. Los millones que pedía por la concesionaria de autopistas y el traspaso de la deuda de 5.000 millones de Itínere a su comprador, le darían para calmar a los bancos y aguantar otros meses, mientras se busca una nueva solución. Sólo que en esta propuesta, está por ver que la caja catalana quiera quedarse con la concesionaria.

De hecho, Sacyr ya intentó en julio que La Caixa adquiriese una cuarta parte de la concesionaria a través de su participada Abertis, con la que comparte presidente: Isidre Fainé. Pero entonces no hubo acuerdo, porque la constructora "pedía un precio muy alto". Abertis ha reconocido su interés en adquirir alguna de las autopistas que Itínere tiene en concesión, lo mismo que ha hecho la compañía Atlantia. Y Citi ha llegado a ofertar 2.500 millones por la concesionaria de Sacyr, además de hacerse cargo de la deuda de 5.000 millones que arrastra. La operación está pendiente de financiación.

Mientras tanto, Luis del Rivero seguirá acudiendo a todos esos actos a los que siempre le ha gustado ir, figurar, estar, hacer relaciones públicas y privadas, pero sería deseable que lo hiciera con una cara más saludable que la que presentaba esta mañana, y que los mismos empresarios y políticos que hace unos meses se peleaban por estrecharle la mano, no huyeran ahora.