El Papá Noel holandés es español y se llama 'Sinterklaas'

AMSTERDAM (HOLANDA).-  La Navidad está a la vuelta de la esquina y Ámsterdam ya tiene muchas calles engalanadas con luces multicolores desde mediados de octubre para dar la bienvenida a su versión del Papá Noel.

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José Olcina

Si en España ya hay bastante pugna entre Papá Noel y los Reyes Magos, en los Países Bajos a esta trifulca navideña entre el gordinflón del norte y los magnates de Oriente se une otro rival: Sinterklaas. Otro personaje que acrecienta el consumismo de diciembre y que estoy seguro El Corte Inglés estaría encantado de apadrinar.

Todo esto parece ser normal para esta época en la que nos encontramos, pero no lo es tanto. Aquí vienen la sorpresas:

1. Sinterklaas se celebra la noche del 5 al 6 de diciembre. Los holandeses siempre van por delante…
2. Si a España llegan los regalos desde exóticos destinos como Finlandia/Islandia u Oriente, la 'oficina central' de Sinterlaas está nada más y nada menos que en la exótica… ¡¡España!!! Señoras y señores, los regalos de los niños holandeses llegan de la península Ibérica. Parece ser que lo consideran un lugar extremadamente exótico, y no sólo para veranear o pasar cálidos inviernos en las costas de Mallorca, Alicante, Cádiz o Marbella.
3. ¡Aquí viene la gorda! Sinterklaas llega de Madrid. Nada contradictorio con el punto anterior, Madrid = España. Lo más sorprendente es que ¡llega en barco! Llamemos 'desliz' geográfico al hecho de querer poner un barco en el Manzanares destino Amsterdam. Han sido muchos mis quebraderos de cabeza desde que vivo en los Países Bajos para trazar la ruta más adecuada. Se me hace difícil pensar en un Manzanares navegable, pero bueno… ¿pensarían ya en la actual remodelación del cauce? ¿Cómo llegaría el barco al Atlántico? ¿Recogería fresones o espárragos de Alcalá de camino a Ámsterdam?
4. Siguen las sorpresas. El gordinflón de pelos blancos, mezcla de Rey Mago y Papá Noel, viene acompañado de unos pequeños ayudantes de color llamados 'Zwarte Pieten', los Pedros Negros. Nada en contra de las razas y colores, si de algo podemos estar orgullosos en España es del mestizaje. Los holandeses, en pro de evitar disputas raciales, todavía no se han decantado por determinar si estos niños están manchados del hollín de las chimeneas por las que bajan para dejar los regalos en los calcetines cargados de zanahorias y dulces para el caballo de Sinterklaas o si, en realidad, son niños de color. Yo me decanto por la segunda opción. El día que llega el barco de Madrid, los niños ya están negros y todavía no se han deslizado por ninguna chimenea…

¿Nos os parecen demasiadas sorpresas? En siete años nadie me ha podido explicar por qué el barco llega de Madrid con un señor que parece un obispo, así que he decidido investigar y no quedarme con la divertida, pero extraña, versión de la calle. Aunque la siguiente explicación todavía estaría sujeta 'con pinzas', a mí me convence. Sinterklaas, traducción de San Nicolás, se basa en una historia real. Este personaje nació en el año 280 en Patara (Turquía) y se convirtió en obispo de Myra (cerca de Anatolia). Que fuese obispo explica su atuendo rojo y blanco, con sus múltiples accesorios como báculo, mitra, tunicelas...

Se dice, se cuenta y se rumorea que antes de su muerte, el 6 de diciembre de 342, San Nicolás hizo milagros, tales como parar tormentas en el mar para salvar a los marineros o resucitar a niños, y por eso se convirtió más tarde en el guardián de mercaderes, marineros e infancia. Quizá eso explica que llegue en barco y traiga regales para los más pequeños.

Pero, ¿por qué viene de España? Se dice que, cuando Myra fue invadida por los musulmanes, el cuerpo de San Nicolás fue trasladado al pueblo de Bari, en Sicilia. Eso le haría Italiano, pero resulta que en el momento álgido de esta tradicional fiesta, a mediados del siglo XVI, Sicilia y los Países Bajos eran parte del reinado de Carlos I de España y V de Alemania y, posteriormente, de Felipe II, y eso explicaría que el obispo SinterKlaas, por lo tanto, fuese español. Mucho ha cambiado el cuento desde entonces, pero, para no marear la perdiz, los holandeses decidieron no cambiarle la nacionalidad de nuevo. Me temo que, para simplificar y no andarse con líos, decidieron que el susodicho llegase de la capital, que es donde todo sucedía en un reino extremadamente centralizado, así que ahí está la explicación de por qué Sinterklaas llega de Madrid.

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J. O.

¿Y los Zwarte Piete? Si nos basamos en la historia 'real' de San Nicolas, se dice que el obispo compró un esclavo de Etiopía, en un mercado de esclavos en Myra llamado Petrus (Pedro=Piete), y que, aunque inmediatamente lo liberó (quedaría fatal en el currículum a un obispo tener un esclavo…), quedó a su cargo y servicio. Bueno, cada uno que decida…

Así pues, el 6 de diciembre, día de su muerte, es la fecha de celebración. De todos modos la 'batalla' de regalitos empieza a mediados de noviembre, que es cuando llega Sinterklaas montado en su barco de vapor, este año, para ser precisos, el dia 16 (ver fotos). Tres semanas de pequeños detalles escondidos en lugares impensables, letras de chocolate con tu inicial, caramelitos dentro de los zapatos, pepernoten (galletitas con sabor a canela por todas partes)… todo vale y acaba la noche del 5 de diciembre. La tradición está muy anclada, e incluso algunas empresas dejan a los trabajadores salir antes para que lleguen a sus fiestas. Esa noche se dan los regalos más grandes, empaquetados de la forma más creativa posible, y eso sí, acompañados de un poema un tanto sarcástico y satírico acerca de la persona que recibe el regalo y que debe leer en alto delante de los presentes. Mejor haber sido bueno, los poemas son corrosivos...

Por supuesto, Sinterklaas tiene su propia página web para anunciar su llegada y se lo promociona desde amsterdam.nl y sintinamsterdam.nl.

A propósito, la tradición de Sinterklaas se exportó a Nueva Amsterdam, hoy en día Nueva York, en donde convertirían al obispo San Nicolas en Santa Claus, el gordinflón vestido de rojo al que Coca-Cola hizo tan famoso en sus latas de refresco, que después nos mandaron de regreso a Europa en forma más pagana. Si es que todo lo que va vuelve...

De cualquier modo, para mí, lo mejor de esta tradición son las rebajas de diciembre. Sí, en cuanto pasa Sinterklaas empiezan las rebajas. No hace nada que ha llegado el invierno y todas esas prendas de abrigo ya están casi a mitad de precio.

Consejo: viajar a Ámsterdam en el puente de diciembre. Con lo que uno se ahorra comprando los regalos de Navidad, se paga el billete de avión y un hotelito asequible. Lo último un poco más difícil porque los hoteles en Amsterdam son bastante caros…