La reventa con características chinas permite ver la Copa Másters más barato

Shanghai.-  La reventa de entradas, una práctica habitual en China a las puertas de cualquier tipo de espectáculo, constituye toda una manera alternativa de conseguir entrar a última hora, y más barato, también en la Copa Másters de tenis, que se celebra hasta este año en las afueras de Shanghai.

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(EFE)

El tenista británico Andy Murray (d) y el ruso Nikolay Davydenko (i) durante la semifinal de la Copa Masters de Tenis jugada en Shanghai, China. Davydenko se impuso por 7-5 y 6-2.

Sin especial disimulo, y ante la mirada indiferente de los agentes de policía que se ocupan de la seguridad alrededor del estadio Qi Zhong, que acoge el torneo, decenas de vendedores ilegales ofrecen a quienes se acercan por la zona boletos para ver a los mejores jugadores del mundo, si se regatea bien, por hasta 150 yuanes (17 euros, 21 dólares).

"Esta entrada vale 780 yuanes (90 euros, 114 dólares), pero yo la vendería hasta por 150 yuanes", dijo a Efe uno de los revendedores, sólo después de saber que estaba hablando con un periodista, y ya minutos después de empezado el primer partido de semifinales de hoy, cuando, negociando, las entradas se abaratan muy por debajo del precio oficial.

De la misma manera, otros revendedores ofrecen entradas de 1.580 yuanes (181 euros, 231 dólares), tras negociar un poco, hasta por 300 yuanes (34 euros, 43 dólares), y otras sin un precio marcado, probablemente de invitación, por 500 (57 euros, 73 dólares).

Incluso a estas alturas del torneo, hay quienes venden abonos para toda la Copa Másters, cuyo valor nominal es de 4.800 yuanes (552 euros, 703 dólares), pero que empiezan ofreciendo por 2.000 y que no tardan en rebajar hasta 1.000 yuanes o incluso menos (115 euros, 146 dólares).

"Es interesante, es una de las características especiales de China", comentó a Efe un espectador de Hong Kong, Chi Kam, que adquirió sus entradas a través de una agencia de viajes. "Es casi una tradición, pero yo no me fío: aunque sea más barato, tal vez las entradas sean falsas. Es mejor comprarlas por la vía oficial".

Lo mismo comentó un estudiante estadounidense de origen indio, Soham Dharmaraya, que viajó desde California con un abono para el torneo que adquirió por internet, aunque aseguró que él no se había encontrado con nadie vendiéndole entradas ilegales.

Sin embargo es casi imposible evitar a los revendedores cuando se camina antes de los partidos cerca del estadio, un fenómeno que, según explicó la joven Li Yi, que viajó desde Tianjin para ver las semifinales, es conocido en chino como "huang niu dang de piao" (literalmente, "entradas de la facción de las vacas amarillas").

"No sé por qué se les llama así, se lo he oído decir a mis compañeros de clase", confesó Li, "pero creo que lo podrías traducir como entradas de la 'pandilla de los campesinos'", por el origen humilde de la mayoría de los revendedores.

"Hemos pagado 1.080 yuanes por cada entrada de hoy" (124 euros, 158 dólares), explicó su amiga, Huang Shiyu. "Las compramos por internet antes de venir porque nos parecía más seguro, aunque ya se sabe que con los 'huang niu dang' al final siempre es posible entrar".

En cualquier caso, independientemente de dónde se han comprado las entradas, las gradas del Qi Zhong, con capacidad para 15.000 espectadores, han estado prácticamente llenas durante toda la semana.