Supergrupos: y las estrellas unieron sus egos

Crear un supergrupo a partir de varias bandas de éxito o prestigio vuelve a ser tendencia. Devendra Banhart ha sido el último en sumarse a la moda. Mientras salía y luego rompía con Natalie Portman ha tenido tiempo de grabar un álbum como Megapuss, un proyecto formado junto a Greg Rogove de Priestbird, en el que toca la batería un Stroke, Fabrizio Moretti.

Megapuss es tan friqui como todo lo que toca Devendra, no en vano su estilo se conoce como weird-folk (folk raro, muy raro). Ahí están para demostrarlo el vídeo de presentación que han rodado o el libreto del álbum, en el que se puede ver a los dos miembros oficiales del grupo completamente desnudos. Ni mejor ni peor que Devendra (se supone que Megapuss buscan ser algo más jazz, pero si acaso poco más), parece que los artistas se meten en proyectos paralelos más por vicio que por necesidad de nuevas vías creativas.

Ahí está el caso del mismo Fabrizio Moretti. Batería de los Strokes, probablemente aburrido de que su ex compañero el guitarrista Albert Hammond Jr saque álbumes en solitario y el cantante Julian Casablancas haga duetos con Santogold y Pharrell Williams, ha sacado un disco como Little Joy junto al cantante y guitarrista de una banda brasileña, Los Hermanos.

También recientemente un Arctic Monkey, un Babyshamble y un Reverend And The Maker se han unido al rapero Lowkey para formar un grupo llamado Mongrel que acaban de presentar por primera vez en directo. Y Kelly Pratt, colaborador de Arcade Fire y Beirut, junto a algunos de sus compañeros en estas bandas y un LCD Soundsystem ha creado Team B.

A menudo estos proyectos son secundarios y pasan desapercibidos, pero a lo largo de la historia alguna vez el supuesto proyecto paralelo ha terminado tontamente equiparándose o superando al principal, como fue el caso de Postal Service, formado por Jimmy Tamborello de Dntel y Ben Gibbard de Death Cab For Cutie. El ejemplo más reciente de colaboración brillante lo han protagonizado The Last Shadow Puppets. Alex Turner de Arctic Monkeys y Miles Kane de The Rascals han sacado un disco este año, ‘The Age Of The Understatement’, que con las cuerdas a su vez de Owen Pallett de Final Fantasy, es mejor que cualquier cosa que hayan grabado jamás los Rascals o incluso los Arctic Monkeys.

Y hay ejemplos históricos. David Crosby, Stephen Stills y Graham Nash, de The Byrds, Buffalo Springfield y The Hollies, junto a Neil Young, alcanzaron estatus de grupo de culto como Crosby, Stills, Nash & Young (CSNY). Lo mismo que George Harrison de los Beatles cuando se unió a Bob Dylan, Tom Petty, Jeff Lynne de la ELO y a Roy Orbison para formar Traveling Wilburys.

Un caso curioso es el de los reincidentes. En los 90 Electronic reunió a miembros de Smiths, Pet Shop Boys y New Order. El de los Smiths, Johnny Marr, ha pasado por varias bandas, como Modest Mouse o The Cribs, mientras que el bajista de New Order planea sacar disco con los bajistas de los Smiths y Stone Roses. Aunque quien se lleva la palma seguro es Damon Albarn de Blur, que formó The Good, The Bad & The Queen con miembros de The Clash y The Verve, y ha colaborado con Danger Mouse en Gorillaz, entre otros muchos proyectos.

España también ha hecho sus pinitos en esto de los supergrupos. Aparte de Mocedades y algún disco conjunto entre artistas tipo Nacho Vegas y Christina Rosenvinge, Ana Torroja y Miguel Bosé; destacan las colaboraciones de Kiko Veneno y Raimundo Amador en el proyecto Veneno o de Lagartija Nick y Enrique Morente en ‘Omega’. Dejamos a tu elección considerar supergrupo lo que han hecho La Oreja de Van Gogh con Leire Martínez y Presuntos Implicados con Lydia.