Ignacio Fernández Toxo afirma que "en Comisiones no hay guerras ni batallas"

Ferrol.-  Aspira a disputarle la Secretaría General de CCOO a José María Fidalgo en el IX Congreso Confederal que se celebrará en Madrid del 17 al 20 de diciembre. Pronostica un cónclave "tranquilo" porque la organización sindical "ha madurado".

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(EFE)

Aspira a disputarle la Secretaría General de CCOO a José María Fidalgo en el IX Congreso Confederal que se celebrará en Madrid del 17 al 20 de diciembre. Pronostica un cónclave "tranquilo" porque la organización sindical "ha madurado".

"En CCOO no hay guerras, ni batallas, hay debates y posibles relevos, sin duda" asegura Ignacio Fernández Toxo en entrevista con EFE, tras mostrar su "disposición" a ocupar el lugar de Fidalgo al frente de la central.

Antiguo trabajador de la Empresa Nacional Bazán, donde ingresó como aprendiz con 14 años, recuerda con "mucha intensidad" las movilizaciones del 10 de marzo de 1972 en Ferrol, en las que perdieron la vida dos trabajadores del astillero, abatidos a tiros por la policía franquista.

Encarcelado a los 18 años por su vinculación a las Juventudes Comunistas, asegura que de aquella experiencia aprendió "el valor de la solidaridad y la importancia de lo colectivo frente al individualismo".

Pasó un segundo periodo en prisión, que abandonó para vivir en la clandestinidad durante 4 años en España con una identidad falsa "pero militando en un partido de ultraizquierda" hasta el final de la Dictadura. En 1976, se reincorpora al astillero con la amnistía política y laboral tras cinco años de despedido y exilio forzoso.

Fue responsable de la Federación del Metal desde 1987 y Secretario General de la Federación Minerometalúrgica de CCOO. Se postuló en el 2000 para suceder a Fidalgo pero no cuajó. Desde el 2004 ocupa el cargo de Secretario General de Acción Sindical y Políticas Sectoriales.

Pregunta.- ¿Qué espera del próximo Congreso Confederal?

Respuesta.- Espero que suponga una redefinición de la función del sindicato en la empresa. En España, hay cinco millones de personas sin derecho a voto sindical porque trabajan en empresas de menos de seis trabajadores. Hay que darle un gran impulso a la constitución de secciones sindicales.

P.- ¿Es una apuesta sindical por las pequeñas empresas?

R.- CCOO tiene sus orígenes en la gran empresa industrial. Se ha ido transformando y está presente en todos los sectores de la economía, pero tenemos déficits importantes en ese espectro de la pyme y la micropyme en España. Pretendemos dar un salto cualitativo importante en la forma en la que llegamos a la gente, en afiliación y representación. El sindicato tiene que ir periódicamente a las empresas, no esperar a que vengan.

P.- Algunas voces critican la excesiva burocratización del grupo dirigente de CCOO.

R.- Toda organización lleva en sí misma el germen de la burocracia. De vez en cuando hay que poner patas arriba las cosas. Tenemos la obligación de revitalizarnos periódicamente en contacto con la gente. Es una cuestión de salud e higiene para el sindicato.

P.- ¿Cree que Fidalgo peca de "exceso de burocratización" después de ocho años?

R.- Yo no personalizaría. Fidalgo tiene sus ideas. Compartimos unas cosas y otras no tanto. Son responsabilidades colectivas, no individuales. Tiene más que ver con cosas que no hemos sabido reinterpretar. Hemos estado un tanto lentos en determinados sectores crecientes como los falsos autónomos (trabajadores dependientes) o la población inmigrante.

P.- ¿Habrá pugna en el próximo Congreso?

R.- Creo que se presenta más tranquilo que otros. La organización ha madurado y hay un buen bagaje de propuestas, si bien tenemos que resolver las crisis heredadas del pasado y la deficiente relación del Confederal con las organizaciones del sindicatos, territoriales y sectoriales. Afinar nuestra reflexión con el mundo del trabajo y con los cambios organizativos de la empresa, que configuran un panorama distinto, abriendo brechas salariales entre sectores de actividad. Esto exige una readaptación.

P.- ¿Habrá relevo?

R.- Las sociedades mediáticas tienen a personalizarlo las cosas y a situar en el terreno de la épica lo que son discusiones, de mayor o menor intensidad. No hay batallas, no hay guerras, hay debates, reflexiones, hay tomas de posición y posibles relevos, sin duda.

P.- ¿Cuenta con los avales necesarios?

R.- Eso se tiene que ir concretando con el tiempo. Las personas votarán individualmente en el Congreso. Espero convencer al máximo número posible y que la gente vote en libertad. Si no me votan a mi, también lo aceptaré. Vamos a trabajar para que sea un buen congreso para CCOO.

P.- ¿Cómo está de salud de CCOO en Galicia?

R.- Creo que necesita, también, una profunda reflexión sobre la situación en la que está. Detecto una suerte de apatía y resignación al determinismo que lleva a que CCOO pueda terminar convirtiéndose en la tercera fuerza sindical en Galicia. El sindicato tiene que recuperar la autoestima, retomar el pulso de las relaciones con el mundo de la empresa en el conjunto de las actividades, en el sector público y privado, poniendo por encima de cualquier otra consideración los intereses de los trabajadores.

P.- ¿Sugiere un relevo en dirección?

R.- Seguro que si aciertan a la hora de definir objetivos y nombrar a las personas que dirijan el sindicato en el próximo periodo, CCOO volverá a recuperar, sin duda, el espacio que le corresponde como primera fuerza sindical en Galicia (50.000 afiliados) como lo es en España (1,2 millones de afiliados).

P.- ¿Le duele que CCOO se vea relegada por detrás de CIG y UGT?

R.- Me duele, me apena y me preocupa. Tiene que ver con errores nuestros, y con aciertos de otros. CCOO es un sindicato confederal. Una organización de clase, de trabajadores. Los que se afilian y los que no. Tenemos que competir con nosotros mismos, para superar nuestras deficiencias. CCOO tiene discurso y propuestas para ser la primera. Esa tiene que ser la referencia para cualquiera que, mañana, quiera optar a dirigir este sindicato.

P.- ¿Qué peso tiene la conexión entre políticos y sindicalistas?