El acusado dice que nunca pensó que pudiera matar a nadie por consumir cocaína

Santander.-  El acusado de matar en Carrejo (Cabezón de la Sal) a su pareja, la ciudadana colombiana Gina Calderón, ha asegurado hoy en el juicio que no recuerda nada de lo sucedido y que ese día había consumido cocaína, aunque, según ha recalcado, nunca pensó que ese hábito pudiera llevarle "a matar a nadie".

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(EFE)

La Audiencia de Cantabria inició hoy el juicio contra Javier L. V, acusado de matar a su pareja, la ciudadana colombiana Gina Calderón, a la que presuntamente acuchilló y después asfixió en su domicilio de Carrejo (Cantabria).

Esta mañana ha comenzado en la sección primera de la Audiencia de Cantabria el juicio con jurado popular contra Javier L.V., que se enfrenta a una petición de pena de la Fiscalía de 14 años de prisión, acusado de haber matado a su pareja, a la que presuntamente acuchilló y asfixió, en mayo de 2007.

En su declaración, el acusado ha aseverado que no se acuerda de "absolutamente nada", sólo que durante esa tarde había consumido al menos tres gramos de cocaína y había bebido.

Según ha relatado, sobre las 19.00 horas fue a recoger a su mujer al restaurante en donde trabajaba y volvieron a casa porque ella estaba "muy cansada".

Tras la cena, se pusieron a ver una película en la habitación, tumbados en la cama, y, después de un rato, Javier L.V. pensó que su pareja se había quedado dormida.

"Lo último que recuerdo es que estábamos en la cama viendo la tele. No recuerdo nada más, y lo siguiente de lo que me acuerdo es que estaba en el sofá y me despertó mi hermana, diciendo que qué has hecho", ha explicado el acusado.

Ha indicado que los hechos ocurrieron a los pocos días de que su pareja se marchara de casa, tras un periodo de convivencia de tres meses, para vivir con su sobrino y la mujer de éste en Torrelavega.

Ha explicado que su pareja le había propuesto que se mudara también con ellos, pero él se negó porque no quería "mantener" a los sobrinos, que habían estado un par de meses viviendo en el piso de Carrejo sin colaborar con los gastos.

El acusado ha señalado que consume cocaína desde hace 20 años y que antes había tenido episodios de amnesia, como en una ocasión en Vitoria, hace ocho años en compañía de su hermana y su cuñado.

"Consumí y gracias a Dios mi cuñado pudo conmigo y me sacó de casa", ha manifestado Javier L.V., que ha agregado que no tiene recuerdos de ese momento, sólo "como fotografías" de lo sucedido.

De cualquier modo, ha recalcado que nunca fue agresivo con la víctima y sólo habían tenido "riñas normales" de pareja.

"Nunca he tenido peleas físicas con ninguna de mis novias", ha apostillado Javier L.V., que ha dicho que siente la muerte de su pareja y que la sigue queriendo.

Las peritos forenses han ratificado en la vista oral que la mujer murió estrangulada y que además la infligieron varios cortes superficiales y golpes.

La forense que se encargó del levantamiento del cadáver ha declarado que cuando llegó al domicilio el cuerpo estaba tendido boca arriba debajo de la cama, vestido con una camiseta y la ropa interior.

Ha añadido que la casa estaba "revuelta", incluso con muebles cambiados de sitio y electrodomésticos manchados de sangre y fuera de la cocina.

La Fiscalía y la acusación popular representada por el Gobierno de Cantabria entienden que los hechos constituyen un delito de homicidio, mientras que las otras dos acusaciones presentes en el proceso (la particular, ejercida por los familiares, y la Abogacía del Estado) piden que se considere asesinato, pues, a su juicio, la víctima no tuvo ninguna posibilidad de defenderse del ataque de Javier L.V.

Esta controversia (la calificación del delito como asesinato o como homicidio) fue aprovechada por la defensa para subrayar las dudas acerca de cómo ocurrieron los hechos ante los miembros del jurado, a los que recordó la presunción de inocencia y que "todo lo no probado juega en favor del acusado".