Relator de la ONU lamenta que la tortura siga existiendo tras 60 años de la declaración de los DD.HH.

Naciones Unidas.-  El relator de las Naciones Unidas sobre la tortura, Manfred Nowak, lamentó hoy que los castigos inhumanos sigan siendo empleados de manera "rutinaria y sistemática" a nivel global cuando se cumplen 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

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(EFE)

Nowak, que el jueves presentó su informe anual a la Asamblea General de la ONU, declinó evaluar si la situación de los derechos humanos ha mejorado en el último medio siglo.

"Si analizamos el progreso logrado desde 1945 y 1948, su valoración en el plano real tiene que hacerse con una luz distinta a lo logrado en el plano jurídico", apuntó el abogado austríaco en una conferencia de prensa.

Nowak, que el jueves presentó su informe anual a la Asamblea General de la ONU, declinó evaluar si la situación de los derechos humanos ha mejorado en el último medio siglo.

Precisó que ha mejorado "en algunas regiones y países, como en América Latina tras la caída de las dictaduras militares, o los antiguos países comunistas y Sudáfrica".

"Pero a nivel global, tengo que llegar a la conclusión, tras mis misiones y la información de la que disponemos, de que la tortura y los malos tratos se practican de manera generalizada, rutinaria y sistemática", agregó.

Señaló que hay una "creciente brecha" entre el sistema universal de valores que representan los derechos humanos y su implementación.

"Sabemos lo que pasa en el mundo, sabemos cuáles son los principios a los que tenemos que responder y sabemos la grave realidad en la que vivimos", apuntó.

Nowak indicó que estas prácticas se siguen llevando a cabo debido a la opacidad de los regímenes de detención y a la ausencia de escrutinio de las actuaciones de las autoridades.

En su comparecencia ante la Asamblea General, el relator instó a todos los Estados miembros de la ONU a ratificar la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y establecer mecanismos de vigilancia que incluya la visita a los centros de detención.

Por otra parte, destacó la situación particularmente precaria de las personas discapacitadas que se encuentran en regímenes de privación de libertad, en los que son más vulnerables al maltrato.

Son sujetas a un mayor aislamiento, se les restringe la movilidad y reciben un trato negligente, que incluye tratamientos médicos irreversibles como abortos, esterilizaciones o medicación arriesgada.

También criticó el abuso en numerosos países del uso de las celdas de aislamiento, que se convierten en un método de castigo, lo que contraviene la legislación internacional.