Sitges. Séptimo día. Descansemos.

Mención a Abel Ferrara. Una película coreana de policías y barrios de mala nota, 'The Chaser'. Un biopic de cuando Europa iba a sufrir la marea del Este: 'Mongol'. Un Jean Claude Van Damme desconocido en 'JCVD'. Y una tramposa mirada a los espejos realizada por un vaina que no lo reconoce: 'Broken'.

(EFE)

Mención especial para Abel Ferrara.

La mirada velada pero viva, el pelo gris alborotado, tras entregar a un camarero su premio que Abel Ferrara ha transmutado en laurel para una Olimpiada en la que él, acodado en la barra, bate todas las marcas, Ferrara, pesadilla de la organización, será ya para siempre un icono de Sitges.

Miércoles, todo el día. 16.

'The Chaser': aportación coreana a los Grandes Maestros del Cincel –chapuceros-. Aventura de ex–policía metido a 'madame'. No hay que juzgar nunca hasta haber caminado en los zapatos de alguien unos cuantos kilómetros y ni siquiera entonces, pero llamemos a las cosas por su nombre: como Ben Gazzara en 'Saint Jack (el rey de Singapur)', Kim Yoon-suk es un chulo. Hay tensión, hay acción, y hay un argumento. Macarra y Cuerpo de Policía buscan, sin saberlo, al nuevo Miguel Ángel.

Hace unos días 'La nebulosa de la memoria' buscaba por su parte 'El Conquistador de Mongolia', protagonizada por John Wayne y que le costó al actor y a la mitad del equipo la salud y la vida, tras rodarse en parajes de Nuevo México donde se habían hecho pruebas atómicas tan secretas que no se lo contaron. De Temujín/Gengis Khan trata también 'Mongol', seguro que más cerca de la verdad histórica, si esto no es una contradicción en los términos. Bella, tediosa, y dejándose mucho en el tintero.

'JCVD' no es, pese a lo que pudiera parecer, 'Jesucristo 495' sino Jean-Claude Van Damme. Que es la sublimación de la patada, como definía al fútbol Wenceslao Fernández-Flórez. Entonces el kárate en España se conocía poco y a Van Damme no se le conocía en absoluto; así que '495 -después, o antes- de Cristo' hubiera sido una lectura más probable del título. Han pasado los años, hasta el siglo, y ahora, que no se acuerda nadie de Wenceslao Fernández Flórez, todos sabemos quién es Jean-Claude Van Damme. O eso creíamos. Tragicomedia gamberra, nos muestra a un Van Damme actor que resiste un monólogo al punto de creer que es la persona la que lo está contando.

Los espejos repiten en este Festival y es posible que lleguen a repetir en las pantallas españolas, lo mismo repiten las comidas mal hechas. 'The Broken'. Para audiencias no muy exigentes con lo que se les cuenta -basta con que parezca ingenioso, o profundo, o las dos cosas- y que no han visto su evidente antecesora, nada menos que de 1956 (Kevin McCarthy, de quien hablábamos ayer, estuvo en ella), con versiones en 1978 y al menos otra de 1993, firmada por Abel Ferrara –me da que éste en Sitges no repite-. Sobre guión aún más flojo que el de 'Mirrors' ('Reflejos'), éstos, cuando se rompen, te traen del otro lado una sorpresa. El giro final, que se veía venir pero que nada justifica, te devuelve la cara que se te queda al verla.