"Los objetivos del cambio climático no deben desvanecerse ante la crisis"

Se temía que la crisis económica pudiera rebajar los compromisos europeos frente al cambio climático. Sin embargo, esta mañana la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha dado un fuerte espaldarazo a la política climática de la UE. Entre las medidas aprobadas, casi por unanimidad, destacan: un aumento de la reducción al 30% de las emisiones de efecto invernadero para el 2020, la imposición de una multa de 100 euros por tonelada de CO₂ rebasada y la prohibición de construir nuevas centrales térmicas de carbón que superen los 500 gramos de CO₂ por kilovatio/hora. Éstas son sólo unas propuestas iniciales, pero son aún más ambiciosas que las presentadas por la Comisión Europea hace unos meses. En la votación en Bruselas estaba presente la finlandesa Satu Hassi, eurodiputada del grupo de los Verdes/ALE, que nos explica los detalles.

Jouni Harala

La eurodiputada Satu Hassi

— ¿Cómo valoras el resultado de la votación de la Comisión de Medio Ambiente?

— Ha sido una jornada dura pero estoy encantada con los resultados, porque esta decisión casi unánime refuerza los compromisos europeos de protección del medio ambiente. Sin embargo, creo que aún se puede hacer más. Nosotros los Verdes proponemos continuar con la reducción de las emisiones a largo plazo y conseguir disminuir el 50% para el año 2035 y entre el 60 y el 80% para 2050. Creo que la Comisión se ha mostrado más ambiciosa por proteger el medio ambiente, e incluso ha propuesto un nuevo mecanismo para asegurar que los países de la UE se toman en serio la reducción de las emisiones: se trata de un sistema de sanciones con multas que ascienden a 100 euros por tonelada de CO₂ que se rebase.

— Y en relación a la captura y almacenamiento de carbono ¿qué es lo que se ha propuesto?

— Uno de los puntos importantes que se han tratado esta mañana es la prohibición de construir a partir de 2015 nuevas centrales térmicas de carbón que emitan más de 500 gramos de CO₂ por kilovatio/hora.

—¿Crees que la crisis económica puede mermar los compromisos europeos frente al cambio climático?

— Por supuesto. Hay gente que lo piensa así, pero son minorías con diferente opinión, como demuestra el voto en contra que se ha manifestado hoy en el Parlamento [el resultado final ha sido de 66 votos a favor y uno en contra].

— Hay que pensar que los objetivos del cambio climático no deben desvanecerse ante la crisis económica. De hecho, no hay ninguna razón real para poner freno a las medidas ambientales por esta crisis. El problema es que si seguimos emitiendo CO₂ al mismo ritmo que lo estamos haciendo, el coste del daño producido por un cambio climático incontrolado podría ser enorme en un par de décadas, y supondría un coste muy superior al que realmente necesitan las medidas que debemos tomar. Si actuamos ahora, reduciremos los costes mañana. El cambio climático es el gran desafío del ser humano.

— ¿Cómo afectan estas medidas contra el cambio climático a la economía?

— Debemos recordar que la protección del medio ambiente no es sólo costes. En el caso de las energías renovables, los costes iniciales provienen de la tecnología que se necesita, pero al mismo tiempo, la empresa que financia estas energías está creando ingresos, negocios, exportaciones y miles de empleos. Los nuevos sectores que surgen a raíz de la protección del medio ambiente benefician a otros, como por ejemplo al de la construcción, cuando muchos edificios se renuevan gracias a los nuevos dispositivos que mejoran la eficiencia energética.